Uno de los dulces más característicos de España, consumido sobre todo durante los días de la Semana Santa, es la torrija. Aunque exista una receta original, con el paso del tiempo se han ido creando diferentes versiones dentro del territorio español que valen mucho la pena probar.
En este caso, te enseñaremos a preparar la torrija que normalmente elaboran en la Comunidad Autónoma de Aragón, una provincia con mucha historia y mucha tradición. Si te animas a ser original esta Semana Santa y probar algo nuevo, esta es una de las mejores que puedes hacer. Te daremos toda la información que necesitas para prepararla.
Cómo hacer torrijas a la aragonesa
En realidad, esta receta no se diferencia mucho de la original, pero tiene sus pequeños matices que la hacen única. Se ideó en la provincia de Teruel, y de ahí se extendió por todo Aragón a lo largo del tiempo. En esta sección, te contaremos todo lo que debes saber para preparar estas fabulosas torrijas, las cuales seguro que a ti y a tus seres queridos os encantarán.
Ingredientes necesarios
- 1/4 de litro de leche
- 8 rebanadas de pan duro
- 2 huevos
- Azúcar
- Aceite de oliva suave
- Azúcar glas
- Un poco de canela molida (opcional)
Elaboración
Esta receta no tiene mucho misterio: se prepara enseguida y de una manera muy sencilla. Si has hecho torrijas antes, te será pan comido. Simplemente sigue estos pasos y podrás disfrutar de un dulce espectacular:
- Coloca las rebanadas de pan duro en un recipiente hondo. Después, calienta la leche mezclada con azúcar (la cantidad queda a tu elección) al fuego. Cuando esté bien caliente, pero sin llegar a hervir, cubre con ella el pan y deja que las rebanadas se empapen completamente.
- En un bol, bate los huevos con cierta energía. Estos huevos batidos te servirán después para rebozar las rebanadas de pan.
- Cuando hayas rebozado el pan con el huevo, pon a calentar aceite de oliva suave en una sartén y empieza a freír las rebanadas cuando éste se caliente.
- Una vez estén bien fritas, saca las torrijas de la sartén y deposítalas en un trozo de papel absorbente para retirar el sobrante de grasa. Por último, colócalas en un plato y espolvorea por encima un poco de azúcar glas y canela. Ya solo queda lo mejor: ¡disfrutarlas! ¡Qué aproveche!
Como ves, hay muy pocas diferencias entre la receta tradicional y la aragonesa. Sin embargo, cuando las pruebes las notarás, por muy pequeñas que sea. ¡Esperamos que te gusten y te deseamos una feliz Semana Santa con los tuyos!