La carne en bandeja que pude comprarse en el supermercado es una opción menos fresca que la carnicería pero más económica y, dependiendo de la calidad de la empresa que la envasa, puede cumplir las funciones nutritivas y sensoriales con el mismo grado de satisfacción para el consumidor.
Una diferencia que vemos habitualmente entre la carne en bandejas y la de carnicería es la almohadilla o toallita absorbente blanca que se suele colocar en el fondo de la bandeja. Seguramente te haya llamado la atención ese elemento del envasado y te hayas preguntado para qué sirve en alguna ocasión. Es el momento de saber la respuesta.
El motivo por el que se ponen las almohadillas en las bandejas de carne
La primera razón por la que se coloca la almohadilla en el fondo de la bandeja es relativamente fácil de suponer. Salta a la vista que cada vez que abrimos la bandeja, esta empapada en el líquido que suelta la carne, luego es lógico pensar que está ahí para eso.
La finalidad en este caso es evitar que al abrir la bandeja salpique el líquido y lo manche todo alrededor. De hecho, cuando compramos carne en la carnicería envuelta en los papelones de estraza, tenemos que desenvolverla con cuidado para que esto no ocurra, aunque suele haber menos cantidad de líquido.
La razón más importante tiene que ver con la salud
Mancharlo todo no es agradable, pero basta con pasar un trapo o una servilleta para acabar con el problema en caso de que ocurra. Lo que no tiene una solución tan sencilla es la ingesta de algunos tipos de bacterias que puedan resultar nocivas para nuestra salud.
Este es el otro motivo y más importante por el que se pone la almohadilla absorbente, ya que entre sus funciones está también la de absorber las bacterias que puede contener el alimento. La carne cruda puede generar bacterias que se acumulan y proliferan si hay líquido, que exista un sistema de retención de ese líquido es crucial para evitar que las bacterias se extiendan por toda la pieza.
Mejor que no toques la almohadilla
La almohadilla suele quedarse pegada al fondo de la bandeja y no suele ser necesario tocarla. Sin embargo, en ocasiones se mueve o la recolocamos si volvemos a guardar el producto que sobra en el frigorífico sin sacarlo de la bandeja —algo muy poco recomendable—.
La almohadilla puede ser una fuente de bacterias. Una vez abierta la bandeja, es recomendable sacar toda la carne y congelar o guardar en un nuevo recipiente la que no vayas a usar en el momento. Y, sobre todo, tira la bandeja sin tocar la toallita y, si lo haces, lávatelas inmediatamente antes de tocar otros alimentos para evitar la contaminación cruzada.
La carne envasada no ofrece los mismos usos que la carne de carnicería
EL cocinado de la carne ofrece muchas variantes. Uno de ellos es el punto en las carnes rojas. A algunas personas les gusta la carne muy poco hecha, casi cruda y con un ligero sellado exterior. Cuando la carne es fresca, esto no debe representar ningún riesgo más allá del que podamos encontrar en cualquier alimento. Pero la cosa cambia con las carnes envasadas.
El cerrado del envase, las condiciones a las que haya estado expuesta o el índice bactereólgico que haya podido desarrollar no garantizan un estado óptimo de la carne para según que tipo de consumo, aunque este en buen estado para su uso. Por ello, es recomendable usar está carne cuando tengamos la intención de cocinarla por completo.