Todos tenemos en la ducha una de estas piedras rugosas, ásperas y llena de agujeros que usamos para frotar los pies —en especial los talones— y desprender la piel muerta y callosidades superficiales de la piel ¿Cierto? Ahora bien, ¿sabías que existen otras formas de aprovecharla en la limpieza y cuidado del hogar?
La piedra pómez o “pumita” es una roca volcánica formada en las profundidades de la tierra y expulsadas al exterior por un volcán, de hecho, su nombre proviene de la voz latina “spuma” por su ligereza y esponjosidad. Gracias a estas características, es ideal para eliminar callos, pero también es eficaz para facilitar ciertas tareas domésticas ¿No me crees? Entonces sigue leyendo y conoce cuáles son los usos alternativos de la piedra pómez al limpiar que te sorprenderán. ¡A mí me encanta el #3!
5 trucos de limpieza con la piedra pómez en casa
Esta roca tan porosa, liviana y de baja densidad (flota en el agua) es una gran aliada en la estética, la odontología, la construcción e incluso en la industria textil, pues es el material usado para darle la estética “gastada” a los jeans. No obstante, puedes incluir la piedra pómez en la rutina de limpieza y resolver rápidamente el aseo de diversas superficies e incluso mejorar el aspecto de tejidos, fíjate en lo siguiente:
Elimina pelusas, bolitas y pelo de mascota
¿El jersey que te gusta tanto ya tiene bolitas en el tejido? ¿No ves manera de quitar los pelos de mascotas de tu ropa favorita? Tranquilo/a, si frotas suavemente una piedra pómez limpia en la tela, se desprenderán y solo tendrás que pasar un rodillo quita pelusas para que las recoja y te deshagas de ellas. ¡Y es un método mucho menos agresivo que una afeitadora!
Nota: Funciona también en diversos tapizados del sillón o sofá, asientos e incluso en jeans.
Quita manchas del inodoro
Algunas veces, por más que apliques diferentes limpiadores caseros o comerciales para deshacerte de esas odiosas marcas amarillas de sarro en el inodoro, si no se frotan con un objeto abrasivo y áspero, no se desprenderán del todo. La clave en estos casos es ponerte guantes, aplicar un desincrustante, añadir agua caliente y luego restregar con la piedra pómez previamente mojada (si está seca puede rayarlo). ¡Los resultados son efectivos!
Despega grasa del horno y la cocina
Puede que esto te sorprenda, pero no es necesario que corras a comprar un desengrasante y un estropajo metálico para limpiar el horno y la estufa cada vez que se llene de suciedad. Mejor prueba un truco casero y ecológico esparciendo bicarbonato de sodio y vinagre en la zona, deja actuar un par de horas y luego restriega con agua caliente y la roca “pumita”. ¡También sirve para las rejillas de la barbacoa y los quemadores de la cocina!
Sirve como difusor de aceites
¿Alguna vez lo habías pensado? Además de neutralizar olores molestos por sus propiedades absorbentes y sus cientos de microceldas internas, es posible usarla como ambientador casero. Para ello, introduce la piedra en un bol o recipiente, vierte 35 a 40 gotas de aceite esencial de tu preferencia en ella y situar la piedra en una estancia para que difunda el aroma en el ambiente poco a poco.
Piedra pómez para tus plantas
Lo creas o no, si cortas en pequeños pedazos una piedra pómez, puedes agregarla al sustrato de tus plantas, aportar nutrientes sin afectar el pH de la tierra y reducir el riego hasta en un 30%. Esto se debe a que esta roca actúa como una esponja, absorbe, retiene agua y la va liberando poco a poco a medida que va secándose la tierra para que así permanezca húmeda por más tiempo.
Esta es una técnica muy utilizada para que las raíces de las plantas no se pudran, el sustrato sea más ligero y obtengan la cantidad de agua que requieren.
Y tú, ¿tenías idea de esos usos inesperados de la subestimada y versátil piedra pómez? ¡Pruébalo en casa y comparte estos datos interesantes con todos!
Cómo limpiar la piedra pómez para que te dure más
Después de cada uso de la piedra pómez, debes frotarla con un cepillo bajo el agua y con jabón. Después, ponla en remojo con lejía en un recipiente o un cubo y déjala cinco minutos ahí. Por último, es mejor que la seques al aire libre poniéndola al sol. Lo que nunca debes hacer es utilizar secador para tenerla seca mucho más rápido, ya que puede aumentar la concentración bacteriana, y eso, evidentemente, no es bueno para su conservación.