Las fincas rústicas son una alternativa creciente para los inversionistas y para muchas personas que quieren escapar al desenfreno de las ciudades y convivir plácidamente con los recursos naturales que ofrece la tierra y del saludable contacto con la naturaleza. Las limitaciones de construcción de vivienda en las fincas rústicas obligan a conocer al detalle la normativa de la zona y más aún si se trata de edificaciones o viviendas antiguas construidas sobre suelos rústicos.
Reformar y dar mantenimiento a una vivienda antigua construida sobre una finca rústica es posible, con las evidentes limitaciones y cumpliendo a cabalidad con las exigencias establecidas en las leyes nacionales y en las normativas de las diversas Comunidades Autónomas. Una rehabilitación que en muchos casos es necesaria y obligatoria para conseguir que la vivienda pueda disponer de lo necesario para cumplir sus funciones dentro de la finca rústica.
El marco legal de las viviendas en fincas rústicas
Tomando como ejemplo la Comunidad Autónoma de Galicia, la cual establece que el régimen de autorizaciones y licencias para suelos rústicos y para construcciones ejecutadas al amparo de la licencia urbanística mantendrán un uso autorizado. Esto incluye ejecutar obras de mejoras en ellas y reformas de las instalaciones sin incrementar la superficie edificada bajo legalidad. Es decir, es posible reformar, pero sin añadir nueva superficie a la vivienda.
Las ampliaciones son posibles bajo la figura de una licencia municipal cuando se trate de fincas rústicas amparadas bajo especial protección de la presente Ley, con la debida autorización o informe favorable despachado por el órgano de competencia sectorial. Además, deberá contar con las medidas de corrección para minimizar el impacto sobre el terreno sin generar conflictos con la protección del paisaje y mantener el uso y la actividad autorizados inicialmente.
Las condiciones de la vivienda a ser reformada
La ampliación o restauración deberá cumplir con las condiciones generales establecidas para los suelos rústicos y se necesita del Título Habilitante Municipal de naturaleza urbanística o la autorización autonómica para cualquier clase de edificación, instalación o vivienda en suelos rústicos tendrá que contar con el cumplimiento de algunas condiciones como por ejemplo:
Garantía sobre el acceso rodado de uso público a la implantación, abastecimiento de agua, suministro de energía eléctrica, eliminación de residuos, tratamiento de aguas residuales. Siempre acatando las normas correctivas para minimizar la incidencia de estas actividades sobre el terreno y reduciendo a la ocupación territorial y maximizando la protección del paisaje, la preservación del patrimonio cultural, los recursos, el medio natural y la arquitectura de la zona.
Otras consideraciones para reformar una vivienda antigua
Materiales, colores, tipología, estética y acabados serán acordes con el paisaje natural y rural que rodea a la vivienda en la finca rústica, sin el perjuicio de otras propuestas que posiblemente se justifiquen por su calidad arquitectónica. Manteniendo un volumen máximo que deberá ser similar al de las construcciones tradicionales existentes, salvo cuando se resulte imprescindible por culpa de las exigencias de uso y de actividad.
El impacto y la alteración del relieve natural de la finca rústica tienen que garantizar ser mínimos y con alturas que no superen las dos plantas o los siete metros, así mismo se requiere de superficies mínimas de la parcela de 2.000 metros cuadrados y con superficies máximas de la vivienda que no excedan en 20% de la de la finca rústica. A menos que se trate de instalaciones desmontables como invernaderos, instalaciones de acuicultura o ganaderas.
En general, si es posible reformar una vivienda antigua construida sobre una finca rústica, siempre y cuando se cumpla con las exigencias establecidas en la Ley y en las normativas locales de la Comunidad Autónoma. Además de garantizar que no habrá impacto ambiental ni estético sobre la tipología de la arquitectura de la vivienda y de la zona y garantizar la preservación del ambiente sin entrar en conflicto con el uso autorizado de explotación de la finca rústica.