Son muchas las razones por las cuales muchas veces no llevamos a cabo un planchado de nuestras prendas de vestir, pero es importante mencionar que además de colaborar en la estética de nuestra ropa un buen planchado funciona como el mejor de los bactericidas, algo que va más allá de la pulcritud y de la elegancia. El hecho de planchar tu ropa elimina de manera efectiva ácaros, gérmenes y bacterias que logran hacer vida en las fibras de la tela así como prevenir muchísimas enfermedades incluyendo el SARS-CoV-2 gracias a que la gran mayoría de estos virus y bacterias mueren en solo una fracción de segundo luego de los 200 °C.
En la antigua China y en Egipto se han logrado datar indicios que evidencian que ya estas civilizaciones utilizaban la técnica del planchado, tanto para cuestiones estéticas como para todo lo relacionado con los beneficios para la salud que implica el hecho de lograr planchar los tejidos, incluyendo sabanas, manteles, cojines y cortinas es posible eliminar una buena parte de chinches, piojos, parásitos, ácaros, oxiuros, hongos y virus como el de la gripe, el herpes zoster o el de la conjuntivitis. Lo que sin lugar a dudas ha logrado salvar incontables vidas a lo largo de la historia de la humanidad.
El planchado y la correcta conservación de los tejidos
Las razones para que debas planchar tu ropa van muchísimo más allá que la simple estética y la eliminación de las arrugas, la ropa recién planchada es ideal para ser catalogada como un símbolo de higiene, pulcritud, limpieza y máxima elegancia, sin embargo, existe un verdadero trasfondo sobre esta rutina y es lo concerniente a la conservación de los tejidos además de la correcta eliminación de las bacterias. Cada vez que expones tus tejidos al necesario lavado sus fibras se reblandecen y pierden propiedades (forma original).
De allí que un oportuno y periódico planchado luego de cada lavada permita devolverles las formas a cada una de las fibras razón por la cual se deben de utilizar las diversas funciones o modos de planchado en dependencia del tipo de tejido (temperatura ideal) según las indicaciones del fabricante, garantizando que la prenda recibirá la necesaria actualización de su forma mediante la exposición a las temperaturas propias del proceso de planchado.
El solo hecho de planchar gracias a su gran efecto desinfectante de sus elevadas temperaturas ha permitido salvar incontables vidas logrando eliminar virus y bacterias de una forma eficaz y sencilla, tomando en consideración que las proteínas de los virus se neutralizan en minutos sobre los 70 °C y mueren de forma inmediata cuando alcanzan cerca de los 200 °C.
Planchar los tejidos ¡una cuestión de vida o muerte!
La plancha moderna como tal apareció en un relato de 1855 durante la guerra de Crimea cuando entre los marineros se logró apreciar que empleaban una bala de cañón caliente para planchar sus vestimentas colocadas sobre una piedra plana. El capitán del ejército inglés al que se le atribuye el relato explica que eliminaba de forma efectiva los parásitos y las enfermedades de la época:
- Piojos del cuerpo.
- Fiebre recurrente (bacteria Borrelia recurrentis).
- Tifus (bacteria Rickettsia typhi y pulgas murino).
- Fiebre de las trincheras (bacteria Bartonella quintana).
Infecciones, bacterias y enfermedades que evidentemente causaron más bajas que las diversas guerras juntas y que asolaron toda la región europea incluyendo a la gran Rusia donde se recuerda la famosa frase de Lenin: “o el socialismo derrota al piojo, o el piojo derrotará al socialismo”. Pero no fue hasta 1939 cuando Herman Müller descubrió que el calor mata de manera eficaz los liendres lo que permitía que el planchado las eliminara de una manera sencilla, sin usar químicos y relativamente barata.
En España durante la guerra civil el tifus y los piojos hicieron su nefasta aparición, si bien los insecticidas y el hecho de hervir la ropa podían ser efectivos, era mucho más económico y práctico planchar los tejidos. Con resultados alentadores apenas se dio inicio a una campaña masiva para lograr que el planchado de la ropa y de los tejidos se hiciese de modo habitual en los hogares. De allí que el uso continuado permitió grabar en la mente colectiva la firme idea de que la ropa planchada es muchísimo más higiénica y mejor vista ante los ojos de la sociedad.
Una potente arma de esterilización llamada Plancha
Luego de los 180 °C se logra la correcta esterilización de las superficies infectadas de muchísimas enfermedades, bacterias y virus, además de lograr una gran efectividad en cualquier lugar y solamente necesitando de una plancha metálica y algo de calor. De allí que su empleo se haya disparado como la pólvora en aquellos sitios donde escasea el agua, los detergentes, los agentes insecticidas y la electricidad además de los medicamentos.
Tanto parásitos como bacterias se pueden controlar de manera genial solo con el uso de este increíble aparato. Logrando neutralizar virus, gérmenes, enfermedades y bacterias y al mismo tiempo haciendo mucho más duraderas nuestras prendas así como disfrutando de otorgarles la necesaria belleza de una prenda pulcra y con pliegues perfectos para una visual hermosa y deslumbrante, aquí puedes visualizar los mejores trucos para planchar tu ropa y dejarla sin arrugas.
Actualmente, la tecnología ha dotado a las planchas de vapor (vaporizaciones a altas temperaturas) perfectas para ser empleadas en las cortinas, tapicerías de muebles y grandes tejidos como alfombras y manteles. Logrando que el efecto del calor pueda llegar a todos y cada uno de los rincones de la prenda (superficie) y desinfectándola en un proceso que implica ser relativamente rápido y con la menor dificultad posible.
Una tarea que posiblemente sea aburrida y falta de diversión, pero que a lo largo de los años no ha cambiado mucho en sus funciones finales, la de salvar vidas y la de mantener las superficies limpias y libres de agentes peligrosos y mortales. En fin, una alternativa de mucho agrado para estos tiempos de pandemia y de lucha contra un virus que evidentemente ha hecho que estemos mucho más atentos a los problemas de limpieza y a la correcta desinfección de todas las superficies, incluidas las textiles.