Adquirir una vivienda es el sueño actual de todas las personas y las posibilidades han estado en franco aumento gracias a las diversas políticas gubernamentales y a la recuperación del mercado inmobiliario tras la superación de la pandemia, la crisis energética y los problemas derivados del conflicto armado. Con una clara tendencia actual a querer alejarse de los problemas cotidianos de las ciudades y una excelente inclinación hacia las fincas rústicas.
Estrés, ruido, aglomeraciones y mucho concreto son solo algunas de las causas por las cuales las personas quieren comprar una vivienda en un suelo rústico y es que esta alternativa incluye aire puro y un contacto directo con la naturaleza. Una decisión que también genera dudas sobre la compleja normativa legal de residir en este tipo de propiedades y sobre el uso de los terrenos en las áreas rurales y por ende de vivir legalmente en una vivienda en suelo rústico.
Vivir legalmente en una finca rústica en España
La ley establece ciertas limitaciones para vivir en una finca rústica de un modo que pueda catalogarse bajo la legalidad, cumpliendo a cabalidad todas las normativas públicas y privadas que regulan el uso de las propiedades y de las instalaciones que existen. Además de ello, es fundamental tener claro que también se deben seguir las normativas asociadas con la explotación de los recursos naturales que generalmente están asociados con vivir en una finca rústica.
Según la legislación española, las fincas rústicas y la construcción de viviendas sobre ellas están cabalmente reguladas por el tamaño máximo de la vivienda y la cantidad de terreno a ser ocupada y obviamente por los permisos y licencias necesarias a considerar antes del comienzo de la obra. Las consecuencias legales de evadir estas responsabilidades son rigurosas y graves, dado el carácter protector de las leyes españolas hacia las tierras que son consideradas rurales.
El tipo de vivienda en un terreno rústico
La ley vigente de España permite la construcción de una vivienda en suelos rústicos, siempre y cuando esta propiedad esté destinada exclusivamente al uso agrícola o ganadero. Es decir, la vivienda no podrá utilizarse como vivienda permanente o para desarrollar actividades comerciales. Siendo la búsqueda de asesoramiento un factor crucial, para evitar problemas legales a futuro por haber infringido la ley.
Las penalizaciones pueden ser catalogadas de graves y según el artículo 319 del Código Penal Español se imponen multas y penas de prisión que van desde 1 a 3 años para todos aquellos individuos que incumplan la ley y que levanten construcciones no permitidas en terrenos que no sean urbanizables. Así mismo se tienen que considerar las leyes locales establecidas por la Comunidad Autónoma que rige los espacios donde se piense construir.
La normativa de vivir en una finca rústica
La preservación del medio ambiente y el adecuado uso del suelo son un par de consideraciones de mucha importancia antes de siquiera pensar en la construcción de una propiedad sobre un suelo rústico. Conocer las regulaciones y las obligaciones fiscales, administrativas y legales para estar consciente de las restricciones impuestas para el uso de estos terrenos y del medio ambiente, es crucial para evitar infringir la ley.
La legitimidad de establecer un hogar en una finca rústica siempre estará atada al respeto de las condiciones, primeramente la aprobación del propio ayuntamiento y la posterior licencia de ocupación de la vivienda. Así como las normativas urbanísticas, protección del medio ambiente y el correcto y preciso uso que se le dará a la finca, debido a que no todas las actividades permitidas en los suelos rústicos mantienen compatibilidad con la construcción de una vivienda.
En conclusión, es importante conocer que sí existe la posibilidad legal de vivir en una finca rústica, pero manteniendo una especial consideración hacia la extensa y complicada normativa legal que se requiere para vivir, construir, reformar o comprar una vivienda que se encuentre sobre terrenos rústicos con indudables ventajas y desventajas, pero siempre disfrutando de todo lo que la ciudad no puede ofrecer con respecto al medio ambiente, a la naturaleza y a la tranquilidad.