El suelo de linóleo es fabricado a base de aceite de linaza solidificado (de ahí su nombre), con harina de madera, serrín, polvo de corcho y otras resinas naturales —y a veces pigmentos para darles color— que se comprimen en una lona o tela basta y se someten a elevadas temperaturas para formar pavimentos y recubrimientos bastante resistentes, de origen ecológico y de limpieza sencilla.
Sus características son similares a la madera, pero goza de cualidades incluso más beneficiosas. Por ejemplo, son antiestáticos e higiénicos, motivo por el que es comúnmente visto en hospitales, clínicas y hogares donde vivan personas alérgicas, ¿y lo mejor de todo? Pueden durar entre 15 a 30 años si se cuidan de manera adecuada. Sigue leyendo y aprende cómo limpiar suelos de linóleo correctamente para que su vida útil sea extensa y se mantenga impecable.
Cómo limpiar suelos de linóleo de forma correcta para cuidarlo
Si deseas mantener tu suelo de linóleo en buen estado, es vital limpiarlo y cuidarlo siguiendo pautas específicas para no rayarlo ni opacarlos. Y es que, aunque es bastante duradero y bonito estéticamente, la humedad y la alcalinidad es su enemigo más peligroso. Sigue estas recomendaciones de limpieza y hazlo lucir impoluto:
- Antes que nada, lo principal es recoger el polvo, tierra, pelo de mascotas, pelusas y cualquier otro rastro de suciedad que presente en la superficie, bajo los muebles y rincones del suelo. Lo ideal es hacerlo con aspirador para mejores resultados.
- Prepara la solución limpiadora casera para el aseo del linóleo mezclando agua tibia con un poco de vinagre (¼ de taza por cada litro) o un limpiador específico para este material. Si son suelos muy transitados como la cocina o el salón, añade un poco de jabón.
- El siguiente paso es sumergir el trapeador en esta solución, exprimirlo bien para que no quede empapado y trapear el suelo con energía.
- Enjuaga el trapo en agua limpia, exprime y limpia nuevamente para remover los residuos de jabón que hayan quedado.
- Seca con un paño limpio al finalizar.
- Opcional: Aplica una capa de cera para suelos de linóleo para darle un extra de protección al material y preservar su aspecto limpio por más tiempo.
Nota: Recuerda que el linóleo no se lleva bien con la humedad, por lo que, si el revestimiento tiene alguna ranura y pasas la fregona muy mojada, lo más probable es que queden manchas.
Cómo quitar manchas en suelos de linóleo
Si notas manchas rebeldes que no han salido con el procedimiento anterior, déjalo secar por completo e intenta eliminarlas esparciendo un poco de bicarbonato de sodio sobre la mancha y luego pasar un trapo con la misma solución de agua con vinagre y el zumo de dos limones. Al finalizar, recoge los todos los residuos de bicarbonato con ayuda de una esponja y agua caliente.
Precaución: No se recomienda la aplicación de disolventes, alcohol ni lejías.
Sus propiedades con efecto antibacteriano, fungicidas y que repelen el fuego y la combustión lo han hecho el favorito de millones de personas, no por nada desde hace más de 150 años, este material ha hecho presencia en lugares simbólicos como la Casa Blanca, el Palacio de Buckingham en Londres e incluso en la Universidad Sorbona de París. Así que si tienes este tipo de suelos en casa o quieres instalarlo y te preocupaba su relación calidad-precio o su mantenimiento, ¡hazlo con confianza y cuídalo con esmero!