En los fríos días de invierno son esenciales, compañeros imprescindibles de nuestra batalla contra el titiriteo causado por las bajas temperaturas, y en los días cálidos del verano son guardados y olvidados hasta que vuelvan a ser necesarios, pero ¿Qué hay de su cuidado y mantenimiento? ¡También es necesario!
Estos electrodomésticos funcionan por lapsos prolongados de tiempo, por lo que minuto a minuto están acumulando polvo en cada uno de sus ranuras y espacios, lo cual, para personas alérgicas y asmáticas, no es nada favorable. Por eso, la limpieza a fondo de la calefacción de este tipo es vital para que siga funcionando de manera óptima
En este artículo te revelamos cuál es el procedimiento y qué trucos existen para limpiar un radiador eléctrico o de aceite (sea cual sea su material). Toma nota y dale a este fiel aliado que nos hace sentir cálidos y confortables el cuidado que realmente merece.
¿Cómo limpiar los radiadores de la calefacción?
A medida que pasa el tiempo, las estufas se van poniendo opacas y pierden de a poco su eficacia ¿Y como no? Si son las grandes olvidadas. En este caso, los conductos del radiador se van llenando de suciedad, polvo y la placa se va poniendo cada vez más amarillenta. Si tu intención es evitar esto y prevenir fallas o averías en los momentos más inoportunos, sigue los siguientes pasos a continuación ¡Y manos a la obra!
- Lo principal es que el radiador esté desenchufado y totalmente frío, de igual forma, se recomienda colocar trapos, papel o cartones en el suelo y pared para evitar ensuciar el sitio durante la limpieza.
- Retira el polvo superficial (incluyendo la trasera) con ayuda de un secador de cabello a máxima intensidad, pero con aire frío o con un plumero seco.
- Para la limpieza de ranuras muy delgadas, puedes adquirir en el supermercado un cepillo especial largo y bastante fino (con mango flexible para manipularlo cómodamente) apto para introducirlo hasta el fondo girándolo para sacar las pelusas de su interior y que caigan por debajo.
- Hecho esto, limpia las rejillas y espacios de difícil acceso a fondo. Estos sitios usualmente se llenan de pelusas cada día que pasa, y a la larga, emanan olores incómodos cuando se enciende el aparato, es por ello que se recomienda atar a un palo delgado un paño mojado con agua y jabón e introducirlo para limpiar profundamente el interior (o un plumero con funda reemplazable).
- Hecho esto, es hora de retirar las manchas exteriores del radiador diluyendo en un recipiente con agua un poco de desengrasante y frotando con una esponja los sitios con más grasa y sucio.
- Finalmente, seca por completo todo el aparato al terminar para evitar que se oxide y se estropee a causa de la humedad.
Limpieza de radiadores: Recomendaciones finales
- Si tienes un radiador de hierro fundido, lo adecuado es limpiarlos más frecuentemente y hacerlo con bayetas de microfibra que eliminan el polvo de manera más eficiente que otros tejidos. Y si dispones de un compresor de aire o una aspiradora para eliminar al polvo de los conductos ¡Mucho mejor!
- Si tu radiador elaborado en hierro fundido está viejo, se ve algo desgastado, pero aun funciona muy bien, puedes pintarlo y así se verá como nuevo.
- Si has adquirido un radiador de metal eléctrico, además de la limpieza de conductos con una mopa, plumero o cepillo, bastará con limpiar el polvo pasando un paño antiestático en toda la estructura. Y si tiene manchas amarillentas por fuera, ayúdate con agua caliente y vinagre de limpieza; asegurándote de enjuagarlo muy bien para que la acidez del vinagre no carcoma el metal del radiador.
- Durante el otoño, purga los radiadores en casa antes de encender la calefacción y controla la presión del circuito de la calefacción. Para ello debes girar el tornillo o válvula (que generalmente se encuentra a un lado del termostato) para dejar salir el aire hasta que salga de ella agua de ella y ciérrala.
Ya no tienes excusa a la hora de realizar el debido mantenimiento y limpieza a los radiadores o estufas de calefacción. No olvides limpiarlos habitualmente ya que se ensucian bastante y el polvo se va acumulando, sobre todo en invierno que es cuando están en funcionamiento continuo por días enteros. ¡Ya verás como alargas su vida útil!