El óxido puede parecer imposible de eliminar del metal sin usar productos químicos agresivos, pero ¿sabías que el bicarbonato de sodio también puede hacer este trabajo? A continuación, te explicaremos cómo usar este ingrediente económico y fácil de conseguir, en cualquier tipo de superficie oxidada en tu hogar.
Encontrar óxido en superficies u objetos metálicos no significa que ya no se puedan usar. De hecho, como verás a continuación, el bicarbonato de sodio es la manera perfecta de hacer la limpieza y revivir cuchillos, sartenes e incluso valiosas herramientas eléctricas oxidadas. Con estos dos métodos para eliminar el óxido de los metales, en los que solo necesitas agua y bicarbonato de sodio, podrás recuperar cualquier superficie y objeto.
¿Cómo limpiar el óxido del metal con bicarbonato de sodio?
El bicarbonato de sodio a menudo se evita como agente de limpieza del hogar cuando se trata de metales, pero el óxido es la única excepción. Esto se debe a que, si bien la consistencia abrasiva del bicarbonato de sodio puede dejar rayones o rozaduras en algunas superficies delicadas, es perfectamente adecuado para usarse en parches de cubiertos u otros objetos que se han llenado de óxido. Para eliminar con éxito el óxido con bicarbonato de sodio, debes asegurarse de usarlo de manera correcta y aquí te enseñaremos dos métodos:
Haz una pasta para disolver el óxido
En un recipiente pequeño, mezcla una taza de bicarbonato de sodio con unas gotas de agua hasta formar una pasta espesa. La mezcla debe ser untable, pero no líquida para que sea efectiva sobre el residuo oxidado. Con una brocha limpia o una espátula pequeña, aplica la pasta por todo el metal. Aplica esto hasta que las manchas oxidadas estén completamente cubiertas por la mezcla blanca de bicarbonato. Como verás, es un truco de limpieza muy efectivo.
Cubre el artículo que quieres limpiar con bicarbonato de sodio
Los artículos pequeños como cubiertos y herramientas manuales serán más fáciles de limpiar con una capa de bicarbonato de sodio, en lugar de una pasta. Para este método, deberás humedecer el objeto afectado y enrollarlo en una cantidad generosa de bicarbonato de sodio hasta que los pequeños gránulos blancos se adhieran a la superficie. Esto debería ser más sólido y parecerse más a una arena húmeda que a una pasta líquida. Asegúrate de que todo el artículo esté cubierto con bicarbonato de sodio antes de quitar el óxido.
Si quieres que cualquiera de los métodos sea efectivo, deja reposar el bicarbonato de sodio antes de restregar el exceso. Simplemente, deja los artículos revestidos o la superficie sin tocar durante al menos una hora para permitir que el alcalino concentrado disuelva los grumos de metal oxidado. Una vez que se haya dejado que la solución se filtre en los metales, puedes comenzar a restregar el exceso con un cepillo abrasivo o una esponja. Frota suavemente el área afectada con movimientos pequeños y rápidos para levantar los residuos de la superficie.
En este punto, la superficie de metal debe estar lisa y libre de óxido, con solo los restos de la pasta de bicarbonato de sodio visibles. Enjuaga el exceso de pasta con agua tibia y pule con un paño limpio para revelar el metal brillante y libre de óxido. Si con estos métodos no eliminaste por completo el residuo de color marrón anaranjado, aplica más pasta y trate las manchas restantes.
Otro método muy efectivo de limpieza del óxido
Para eliminar el óxido acumulado en pequeños objetos, solo tienes que remojarlos en un bol con vinagre blanco durante 24 horas seguidas. Si la mancha de óxido se encuentra en objetos más grandes, echa una capa de vinagre y después vierte una capa de sal. Verás cómo se limpia de bien, y lo mejor es que no necesitas productos químicos o artificiales. Otro truco muy bueno es mojar papel aluminio en vinagre y después utilizarlo como cepillo. Como puedes ver, tienes varios trucos de limpieza 100% caseros que puedes usar para eliminar el óxido, al menos por un tiempo largo.