Aluminio, uno de los metales con mayor abundancia actualmente en el planeta. En la antigüedad, el imperio romano lo utilizaba como astringente para algunas prendas de batalla, actualmente, gracias a su conducción de calor, es ampliamente usado en la fabricación de utensilios de cocina asequibles, ligeros y de limpieza sencilla, como los son las cacerolas y ollas.
Las ollas hechas de este material, además de ser más económicas, aportan mucha utilidad en la cocina, ya que, al ser un excelente conductor de calor, la comida se cocina mucho más rápido en comparación con otros metales, como, por ejemplo, el teflón o el acero inoxidable. Sin embargo, con el paso del tiempo, el uso continuo y los descuidos rutinarios, se tornan opacas, su interior se vuelve negro, rugoso, y su aspecto, a simple vista, muy antihigiénico.
Si buscabas información acerca de cómo limpiar ollas de aluminio para que recuperen su brillo natural, sigue leyendo y presta atención a este método eficaz para deshacerte de toda esa capa oscura que las recubre. ¡A la batalla!
Cómo limpiar ollas de aluminio con bicarbonato y vinagre ¡El truco infalible!
Sé, por experiencia, que una de las tareas más tediosas en el hogar es el de fregar las ollas, casi siempre las dejamos para el final del día, en la mañana o simplemente no lo hacemos hasta el día siguiente. Y lamentablemente, indiferentemente del material que estén fabricadas, ¡es un gravísimo error!
Si te has preguntado «¿Por qué mi olla de aluminio se puso negra por dentro?» Debes saber que posponer su lavado es una razón, ya que estos residuos de alimentos pegados por tiempo prolongado ocasionan que día tras día se debilite la capa interna, pierda su brillo inicial y sea mucho más sensible a la corrosión.
Por otro lado, al cocinar alimentos ácidos como salsa de tomate o al hervir patatas, es más probable que se note ennegrecido el fondo y los lados internos del utensilio. Por suerte, solucionar este problema es más fácil de lo que crees y solo debes seguir estos pasos:
- Para empezar, asegúrate de que las ollas no estén calientes, puesto que, de estarlo, si entran en contacto con agua fría se deformarían.
- Ponla en remojo durante 10 minutos con agua y jabón lavavajillas para remover la suciedad superficial, luego, friega con una esponja para retirar los residuos más fáciles.
- Hecho esto, es momento de tomar cartas en el asunto y comenzar la limpieza profunda. Llena la olla con agua u agrega una taza de vinagre blanco y el zumo de un limón y llévala al fuego hasta hervir durante al menos 20 minutos. Si tienes otros objetos sucios como espátulas o utensilios más pequeños, introdúcelos en la olla con la mezcla hirviendo.
- Pasado este tiempo, desecha el contenido de la olla y una vez que se enfríe, frótala por dentro y por fuera con bicarbonato de sodio y un estropajo metálico. Hazlo de atrás hacia adelante con ligereza para no producir rayones muy severos.
- Deja actuar el bicarbonato durante 15 minutos, frota nuevamente y enjuaga hasta retirar toda la capa ennegrecida.
- Finalmente, seca con un trapo limpio ¡Y listo!
En caso de que este truco no haya dado los resultados esperados, prueba cubrir tus utensilios de aluminio con kétchup, dejarla actuar durante 30 minutos, frotar con un paño para darle un efecto “pulido” y luego lavarlo como de costumbre. Sí, no solo sirve para aderezar, también es un excelente abrillantador de este tipo de metales
Ahora sabes que limpiar, cuidar y mantener en buenas condiciones las ollas de aluminio no es una tarea imposible, tampoco es necesario contar con productos abrasivos y tóxicos ni mucho menos pasar una hora restregando. Procura limpiarlas periódicamente de acuerdo a la frecuencia con que las uses y secarlas bien con una toalla suave antes de guardarlas. ¡Durarán años contigo!