El mimbre es un material obtenido de una fibra vegetal proveniente de arbustos familiares de los sauces. Es muy empleado para la fabricación de una gran variedad de productos que van desde objetos decorativos hasta mobiliario, apto para ambientes interiores como el salón o para exteriores como el patio o terraza. Suele compararse con el ratán y se aprovechan en conjunto para la elaboración de muebles resistentes, duraderos, asequibles y que no pasan de moda. Pero, ¿Te has preguntado cuál es la manera correcta de limpiarlo y cuidarlo para preservar su estado?
Si gustaría conocer cómo conservar en óptimas condiciones estos objetos que le dan un toque nostálgico y natural inconfundible a tu porche o jardín, ¡Sigue leyendo! Te enseñamos cómo limpiar muebles, sillas, sofás y mesas de mimbre fácilmente y sin gastar mucho dinero. ¡Manos a la obra!
¿Cómo se limpian los muebles de mimbre?
Si bien el ratán es más resistente y usado para las zonas estructurales, el mimbre es maleable e ideal para aportar confort y elasticidad a la pieza. Aunque su auge nació entre los 70 y 80, hoy en día siguen siendo los favoritos para darle un toque rústico y natural a la decoración. Este material se puede separar en tiras muy finas para formar tejidos más gruesos que se entrelazan entre sí.
Si has llegado hasta aquí es porque quieres preservarlo y conocer sobre los cuidados de muebles de mimbre y prevenir su deterioro a causa de la suciedad, en especial si se encuentra en el jardín o terraza y los factores meteorológicos como la humedad, sol, lluvia e incluso la nieve afectan su apariencia y su estructura.
Ten en consideración que, si tu objeto de mimbre está previamente barnizado, puedes usar un limpiador de vapor para superficies duras, esto ablandará y sellará el mimbre y lo dejará reluciente, si, por el contrario, su acabado es natural, haz lo siguiente:
Asegúrate de eliminar el polvo
Una aspiradora es ideal para remover los rastros de polvo de la fibra de los muebles, mesas o sillones. Un ventilador también puede funcionar, pero como segunda opción, ya que no tiene la intensidad suficiente para removerlo. Recuerda que el polvo es la razón principal de la formación de manchas.
Haz una mezcla de agua y jabón
Una vez libre de polvo y partículas grandes, es momento de preparar una solución limpiadora con agua tibia y jabón, verterla en un recipiente con pulverizador para aplicar de manera controlada, agitar bien y hacerte con un trapo limpio y suave para proceder a limpiar.
Frota con un pañuelo o un cepillo
Rocía la mezcla de manera abundante sobre el mobiliario para que se cubra por completo y frota con el paño la superficie hasta eliminar las marcas y suciedad adherida. Si con el paño no es suficiente para desprenderla, utiliza un cepillo de cerdas suaves para realizar una limpieza más a fondo.
Nota: Para evitar maltratos accidentales, no frotes el cepillo desordenadamente, hazlo siempre cepillando en la dirección del mimbre.
Aclarar el mimbre
Pasa un trapo humedecido con agua limpia para retirar el agua enjabonada. Procura no empapar el mueble pues, aunque se puede mojar el mimbre, sigue siendo una fibra natural y podría estropearse con el exceso de humedad, al igual que el ratán y el bambú.
Deja secar el mueble
Finalizado el proceso, es el momento de secar con una toalla totalmente seca. Pásala repetidas veces en la zona o usa un ventilador para que sea más rápido el secado. Hecho esto, deja el mueble al aire libre, pero sin contacto directo con la luz solar para que se seque completamente por sí solo.
Barniza para un acabado final
Si lo deseas y lo crees necesario, aplica una capa de barniz al mimbre para impermeabilizar y proporcionar durabilidad y resistencia al material, lo cual prolongará su vida útil. Aplica con una brocha suave y deja secar durante 8 horas.
Ahora bien, ya sabes lo fácil y rápido que es limpiar tus muebles de mimbre, dejarlos pulcros, brillantes y garantizar una extensa durabilidad. No pierdas más tiempo y evita a toda costa aplica productos químicos como lejía o ácidos que lo manchen y arruinen su aspecto.