Con el tiempo y el uso algunas de nuestras joyas, minerales y piedras preciosas pueden empezar a estropearse o lucir peor. Esto es algo natural del paso del tiempo, pero si tienen algún tipo de valor o les tenéis cariño, por supuesto es posible conservarlas para que duren por más tiempo.
Por lo común que es esto, muchas personas se preguntar cómo limpiar el ámbar una vez ha empezado a deteriorarse. Lo ideal, como te decimos, es cuidar las piedras o joyas que tengas de forma constante para no tener que llegar a un punto de no retorno. Pero en el caso de que tengas algo de ámbar bastante deteriorado… ¡No te preocupes! Existen ciertas soluciones para pulir y limpiar el ámbar.
¿Qué pasos hay que seguir para limpiar el ámbar?
Limpiar el ámbar no puede ser una actividad que realices al azar, usando productos sin ningún conocimiento, porque es relativamente sencillo estropearlo y no poder arreglarlo nunca más. El ámbar no es una piedra como tal, sino un mineral orgánico que además es bastante sensible y frágil.
Por todo esto, si tienes en tu casa alguna pieza de ámbar, alguna joya o utensilio, debes leer atentamente cómo devolverle su aspecto original sin estropearlo con productos que no deben ser usados. Vamos a ver por pasos cómo hay que hacerlo:
- Lo primero que debes hacer si el ámbar está contaminado, es decir, sucio, es lavarlo. Hay veces que la opacidad que ha adquirido no se debe al paso del tiempo sino a una rutina de limpieza algo precaria. Puedes empezar introduciéndolo en un recipiente con agua tibia durante un par de horas.
- ¡No debes usar jabón! Ni tampoco usar elementos que tengan alcohol, ni muchísimo menos restregar el ámbar con ningún tipo de esponja o paño ya que podría rallarse con facilidad.
- Después del agua, si todavía ves que queda alguna mancha difícil de quitar, podrías usar un poco de amoniaco. Para que no sea tan directo, puedes mezclar el amoniaco con gran cantidad de agua para limpiar el ámbar correctamente.
- Cuando hayas echado el amoniaco, entonces debes volver a limpiar el ámbar con abundante agua para que no se queden restos de amoniaco sobre ella.
- Por último, y en el caso de que ahora el ámbar esté limpio pero todavía no brille, podrías echarle un poquito de aceite de oliva. El aceite es positivo para su superficie, y además puede devolverle ese aspecto tan bonito y característico que tiene el ámbar.
En definitiva, limpiar el ámbar puede ser algo complejo porque se trata de un material frágil y especial. Nunca arriesgues una joya limpiando sin mirar cómo debes hacerlo.