Si eres de las personas que rechina o aprieta inconscientemente los dientes mientras duermes, entonces padeces de bruxismo y es muy probable que ya utilices una férula plástica o de resina, o como la mayoría lo conoce: un protector bucal. En la última década, esta medida se ha implementado cada vez más en los tratamientos de ortodoncia, periodoncia, en cirugías e incluso en el área deportiva, con el fin de amortiguar el impacto, estabilizar y proteger la dentadura y prevenir el desgaste paulatino, pero, ¿qué hay de su limpieza?
Muchos piensan que basta con el cuidado paulatino de los dientes y enjuague bucal para un mantenimiento adecuado de este dispositivo, sin embargo, no es así. Si quieres que esta placa plástica o de resina siga cumpliendo con sus funciones correctamente, no se deteriore de forma prematura y mantenga su aspecto como desde el primer día, esto te interesa. Te contamos cómo limpiar una férula dental o protector bucal, según expertos en el área. ¡Sigue leyendo, esto es para ti!
¿Cómo se debe limpiar una férula dental o protector bucal?
Aunque usar una ortodoncia removible transparente es sin duda una gran ventaja en cuanto a la higiene y el cuidado de la dentadura, es fundamental conservarla en buenas condiciones para evitar nidos de bacterias en los dientes, encías y lengua, prevenir infecciones, problemas bucales y prolongar la vida útil del aparato. Fíjate en las recomendaciones de profesionales a la hora de limpiar una férula dental correctamente:
Realiza un cuidado y cepillado diario
Estás placas rígidas, retenedores u ortodoncia invisible son elaboradas con un diseño personalizado para que encaje perfectamente en la dentadura superior e inferior, así que nunca uses agua caliente para lavarla o se deformará y perderá el molde de tus dientes.
Igualmente, ten presente que si retiras el protector 4 veces de la boca al día para cepillarte los dientes, la misma cantidad de veces debes cepillarla por todas partes y enjuagarla. Esto con el fin de evitar que las bacterias de los dientes, encías y lengua no sigan proliferándose en la superficie, que no se forme placa y que los restos de saliva no huelan mal.
Para ello se recomienda utilizar un cepillo de dientes que no sea el de uso habitual, uno de uñas (totalmente nuevo), o de preferencia uno específico para prótesis dental. Además, no es adecuado aplicar dentífrico, pues muchos de ellos son elaborados con ingredientes abrasivos responsables del deterioro prematuro, por el contrario, lo idóneo es emplear agua tibia y jabón antibacteriano con pH neutro, sin fragancia y sin alcohol para no degradar el material.
Nota: Recuerda cepillar durante mínimo dos minutos para eliminar todo rastro de bacterias presentes en el protector.
Limpieza profunda semanal
Sí, una o dos veces a la semana, se debe desinfectar a fondo la férula de descarga o retenedores. En este caso puedes acudir a las propiedades antisépticas y antibacterianas del bicarbonato para limpiar protector bucal e incluso puedes limpiar la placa de bruxismo con vinagre. Fíjate en estos 3 métodos:
- Disuelve dos cucharadas de bicarbonato en un vaso de agua tibia y sumerge el protector durante 40 minutos.
- Otra alternativa es sustituir el bicarbonato por una pastilla efervescente para limpiar dentaduras, una vez disuelta en el agua, deja en remojo la férula durante el tiempo indicado por el fabricante (nunca más de ese límite).
- Mezcla agua y vinagre a partes iguales y añade un poco de agua oxigenada o el zumo de un limón, sumerge la férula por 30 minutos. ¡Es mi favorito para cuando se trata de limpiar una férula dental amarillenta!
Al final, solo debes enjuagar con agua tibia, secar totalmente al aire libre, con papel de cocina o un paño que no suelte pelusas y guardarlo. No olvides que la humedad es la principal responsable de la aparición de hongos, microbios, mal olor y sabor.
¡No te olvides del estuche!
Además de limpiar y desinfectar la férula diaria y semanalmente, es fundamental lavar con jabón y vinagre la caja, vaso o recipiente en la que va guardado como mínimo una vez a la semana, ya que en ella se aloja suciedad, ácaros y gérmenes nocivos que podrían acabar en la ortodoncia e ir directo a tu boca, especialmente si eres de los que guarda el protector sin enjuagarlo antes —gravísimo error—.
Recuerda cepillarte los dientes antes de utilizar la férula, humedecerla antes de ponértela y no comer ni beber alimentos con mucho colorante, bebidas isotónicas, café, té o leche con chocolate, pues podría mancharse a raíz de ello. Pon en práctica estos sencillos consejos y verás como serán de gran ayuda para conservar tu férula impecable por mucho más tiempo.