Uno de los elementos decorativos más comunes en un hogar u oficina son los cuadros, bien sea con lienzo de tela o madera, son una alternativa sofisticada y que nunca pasa de moda para darle un toque único, artístico y personalizado a una estancia.
Pero –porque lamentablemente siempre hay un “pero”– con el tiempo se llenan de polvo, suciedad e incluso marcas de humedad. Es ahí cuando surgen tres preguntas recurrentes ¿Cuál es el método de limpieza adecuado? ¿Con qué producto debería higienizarlos? ¿Cómo puedo asearlos para alargar su vida útil?
Una pieza de tanto valor -más que económico, sentimental-, debe cuidarse correctamente para evitar problemas mayores y restaurarlos a futuro. Por eso, en este artículo te contamos cómo limpiar cuadros y pinturas de madera o tela, incluyendo los marcos, para que luzcan impecables y se mantengan en buen estado por muchos años más.
¿Cómo limpiar un cuadro correctamente?
Lo fundamental que debes saber es que no es recomendable usar productos comerciales sin saber realmente si son o no agresivos para el material. Lo ideal es probar con un bastoncillo para limpiar oídos en una mínima zona del cuadro, así no se arriesga toda la superficie a un daño irreversible. De igual forma, evita pasar trapos muy mojados o utensilios rústicos que puedan arañar y estropear la imagen (rejillas, esponjas o estropajos).
Ten en consideración que su limpieza de un cuadro varía de acuerdo a la base sobre la que fue pintado. Además de cuadros sobre lienzo, existen pinturas sobre vinilo, lona, acrílico, por lo tanto, cada tipo de pintura amerita un cuidado y mantenimiento distinto. Aunado a eso, hay cuadros impresos en aluminio, PVC y Metacrilato.
Limpieza de cuadros viejos con polvo
Para remover el polvo acumulado tanto el lienzo del cuadro como en el marco, la vía más segura es usando un plumero atrapa-polvo desechable nuevo (lo consigues en casi cualquier supermercado) y pasarlo varias veces con ligera presión en la superficie, así garantizarás que las partículas de polvo se adhieran a él y no se esparzan en los otros muebles de la habitación. Si no cuentas con un plumero, puedes hacerlo con una aspiradora con boquillas especiales para acceder a las esquinas y rincones del cuadro.
Por otro lado, si el lienzo tiene demasiada suciedad, lo adecuado es aplicar una emulsión de disolvente especial que puedes conseguir en tiendas especializadas en arte. Recuerda probar en una esquina el producto antes de aplicarlo en la totalidad de la pintura.
Nota: Limpiarlo de esta manera es ideal para restaurarlo fácilmente sin repercusiones, sin embargo, si se trata de una obra antigua de alto valor, lo idóneo seria llevarlo a un profesional que sepa restaurarlo sin riesgo a qué lo estropee.
Cómo se limpia un cuadro en óleo
Puedes emplear una brocha o pincel de cerdas suaves que esté limpio y sin restos de pintura para remover el polvo y el sucio suelto en la superficie de la pintura, sobre todo en estos casos donde se debe tener especial precaución al limpiar cuadros de tela..
El proceso es sencillo, simplemente debes colocarlo en una mesa o base estable y plana y pasar la brocha cuidadosamente (sin ejercer presión pues se puede rayar o desprender la pintura) desde la parte superior a la inferior. Al finalizar, realiza el mismo proceso por la parte trasera.
Otra alternativa es usar saliva. Sí, es raro, pero es efectivo. Solo debes humedecer un bastoncillo con saliva y pasarlo suavemente sobre la tela. Una vez veas que ha recogido bastante mugre, deséchalo y usa otro nuevo para seguir limpiando. Lo ideal es aplicar este truco con 30 minutos de ayuno.
Y si tu cuadro pintado al óleo tiene manchas de humedad, puedes recuperar el estado de tu obra colocándolo al sol por 3 horas y pasado este tiempo, con la misma brocha de cerdas suaves, retirar el moho que ya debe estar seco. Finalmente, pasa un paño ligeramente húmedo con mucha delicadeza solo en la zona afectada y déjalo secar en un sitio fresco, pero si que le dé el sol directamente.
Cuidado y mantenimiento cuadros al óleo
- Estos cuadros se maltratan y se debilitan al estar en contacto continuo con altas temperaturas, humedad, polvo y elementos que lo ensucien, cómo, por ejemplo, la grasa de la cocina. Por eso, deberías considerar colgarlos en un sitio fresco dónde la humedad no supere el 55% para prevenir la presencia de hongos y moho en la superficie.
- Evita cambios bruscos de temperatura, es decir, sepáralos del aire acondicionado o de fuentes de calor como la estufa.
- Aléjalo del excesivo contacto con la luz solar.
- Apártalo de zonas de alimentación o cerca de basuras, puesto que atraen insectos, bacterias y microorganismos.
- Si no puedes recubrir tus cuadros en cristal, al menos colócale un marco para proteger los bordes.
- Una vez limpio, aplica una capa de barniz para proteger la pintura de polvo y del sol.
- No limpies con mucha presión, ni con paños empapados. Máximo con un plumero o un trapo seco (o ligeramente húmedo).
- No los cuelgues en zonas de fumadores o cerca de chimeneas.
- No los embales ni los guardes em bolsas plásticas. Mejor almacénalos en papel o tela.
- Si notas que se está comenzando a deteriorar, contacta con un profesional en el ámbito y prevenir daños irreparables.
No importa qué técnica escojas, no olvides que es esencial que tengas cuidado al limpiar cualquier cuadro. Hazlo con paciencia, cautela y comienza siempre por los bordes hasta llegar al centro. Y si al iniciar notas que los colores se desvanecen o palidecen ¡Detente! No dejes que pierdan su encanto y comunícate con un experto en restauración de cuadros.
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