Como ama de casa y persona trabajadora, sé de primera mano que limpiar la casa es una tarea sumamente tediosa, en especial cuando se tiene un trabajo a tiempo completo y el escaso fin de semana pasa volando y nunca es suficiente para organizar y asear el hogar, planificar comidas y descansar, ¡es como la rueda del hámster que nunca para de girar!
Sin embargo, hay un dicho muy real que cambió mi manera de ver esta tarea doméstica: “La limpieza es un hábito que mantiene cuerpo, mente y ambiente limpios y libres de suciedad y toxicidad” y es totalmente cierto. Sentir el hogar ordenado y con buen aroma, genera, indirectamente, equilibrio espiritual, mental y relajación.
Cómo hacer una limpieza profunda de tu casa en 1 día
Para ello no es necesario esclavizarse y pasar el día tras escoba, aspiradora y la mopa. Lo principal es administrar el tiempo disponible, determinar las áreas más sucias y atacar la mugre de manera más inteligente, eficaz, rápida y sin gastar de más. Así que, si este también es tu objetivo, sigue leyendo este artículo que he preparado con el método más funcional para limpiar la casa a fondo y dejarla reluciente. ¡Toma nota!
Imagina por un minuto que el día de mañana eres el anfitrión de una cena donde asistirá el dueño de la empresa donde trabajas, tus compañeros o la familia de tu prometido y necesitas realizar una limpieza profunda de tu casa que está hecha un desastre de pie a cabeza. ¿Te ha pasado alguna vez? A mí sí, ¡y es desesperante!
Y aunque sea un poco frustrante, no basta una deliciosa comida para generar una buena impresión a tus invitados. El orden, el aroma a “limpio” y la pulcritud de los ambientes importantes como el baño y la cocina son un reflejo de bienestar interior y organización en la vida. Así que presta atención a esta guía para limpiar una casa muy sucia paso a paso y no dejes que el aseo del hogar sea una piedra en el zapato
Ten los productos de limpieza a la mano
Para empezar, hazte con las sustancias y utensilios precisos para no perder el tiempo buscando de un lado a otro y evitar salidas inesperadas al supermercado porque te faltó algo. Necesitarás una fregona, un cubo para el agua, bolsas de basura, escoba (o aspiradora), mopa, detergente líquido, guantes de goma, pala para el polvo, paños secos y ciertos productos caseros como bicarbonato, vinagre y amoníaco.
Ventila el área y limpia el polvo
Es fundamental abrir puertas y ventanas para ventilar antes, durante y después del proceso de limpieza. Una vez hecho esto, es momento de recoger el polvo, retirar toda la tierra, las telarañas en el techo, cuadros, lámparas, barras de cortinas, persianas. Además, limpia el polvo y suciedad de las mesas, muebles, sillones, comedores, puertas, cristales y ventanas.
Lo más recomendable en este punto es lavar las cortinas, limpiar la tapicería y las fundas de los sofás y siempre comenzar por los objetos superiores hasta los inferiores.
Los olvidados interruptores
Aunque no lo creas, se ensucian más que cualquier otra cosa y las bacterias se acumulan en este sitio. Límpialos cuidadosamente con un paño impregnado (jamás empapado) con agua y vinagre blanco o alcohol isopropílico.
Planificación: la clave de todo
Una vez recogido el polvo, es momento de planificar por qué estancia empezar. No olvides organizarte y trabajar un ambiente a la vez, mover los objetos que puedan hacer mucho espacio y lograr resultados más impecables y duraderos.
Barre bien el suelo
Utilizando una escoba o una aspiradora (la mejor opción), elimina el polvo, suciedad, pelos de mascotas y residuos del suelo. Procura mover las mesas, sofás, sillones, camas y sillas. Mientras barres, introduce en la lavadora las fundas de los muebles, cortinas y los tejidos similares que tengan mucho polvo.
Limpia y desinfecta el baño
El cuarto de baño, junto a la cocina, es la zona más sucia del hogar y se debe mantener a diario. No obstante, no está de más que también se le dedique tiempo a este lugar. Fíjate cómo hacerlo:
- Inicia vaciando los cajones o botiquín de primeros auxilios, pasa un paño húmedo, aprovecha y desecha los medicamentos caducados, frascos de productos de higiene personal vacíos y lava las alfombras.
- Sigue con el inodoro. Puedes usar productos químicos para limpiarlo y desinfectarlo. Mi método favorito es mezclar lejía y detergente, dejar en remojo unos minutos y dedicarme a limpiar otro objeto como la ducha, el lavabo o la bañera. Pasados unos minutos, restregar bien con el cepillo para WC o con una esponja y halar la cadena, de ser necesario dos veces.
- Es hora de la ducha y la bañera. Para ello prepara una mezcla pastosa con bicarbonato y vinagre para desinfectar y blanquear la porcelana o los azulejos. Frota sobre las manchas amarillentas y el moho, deja actuar por 30 minutos y luego aclara con abundante agua templada.
- Limpia los azulejos con un paño humedecido con lejía, vinagre o amoníaco (uno de los tres) diluido en agua. Luego, con otro trapo de microfibra impregnado en vinagre, limpia los espejos y puertas de vidrio.
- Al finalizar, friega el suelo con agua tibia y jabón.
La cocina: el corazón del hogar
Esta es una de las estancias que más atención y tiempo consume, y la verdad, no solo se trata de higienizar el fregadero, la estufa y la encimera, lo cual hacemos generalmente a diario, sino también de asear los electrodomésticos olvidados así:
- Lavavajillas: Aunque la mayoría cuenta con su ciclo de limpieza automático, es recomendable limpiarlo de manera manual y desechar la comida acumulada en el fondo.
- Horno: Para limpiarlo retira las rejillas, déjalas en remojo con agua caliente, jabón, limón y bicarbonato y restriega con un estropajo de acero. Para el interior, rocía vinagre en el suelo y las paredes y déjalo actuar durante 15 minutos, luego, prepara una pasta con bicarbonato y zumo de limón y espárcela sobre el vinagre, espera 6 horas a que actúe y elimina los restos con un trapo mojado.
- Microondas: En su interior se impregna el olor a comida y salpican los alimentos, que, con el tiempo, manchan y ocasionan un aspecto bastante desagradable. Límpialo con una mezcla de agua, zumo de limón y detergente líquido, frota con una esponja y retira con un paño humedecido con agua limpia.
- Cafetera: Vacía el filtro, llénalo con una taza de vinagre y agua y enciende un ciclo. Permite que se vacíe hasta que llene la mitad de la jarra y déjala en reposo por 5 minutos, al terminar retira con agua limpia.
- El refrigerador: Saca las repisas y las rejillas y lávalas con agua y jabón, deshazte de los alimentos dañados y podridos y limpia el interior con una solución de agua y vinagre. Para suciedad muy persistente, frota con bicarbonato de sodio.
En el caso de los muebles y armarios de la cocina, debes saber que no es más aseado quien más limpia, sino quien menos ensucia. Por eso, después de limpiarlos, coloca papel de cocina o plástico en la base del armario para cambiarlos en minutos y no tener que limpiarlo tan frecuentemente.
Trapea el suelo
Ahora que ya no hay polvo, el baño está limpio y la cocina reluciente, es momento de fregar los suelos, pasar la mopa y encerarlos de ser necesario. Aunque la lejía, el vinagre y el limón pueden ser grandes aliados, asesórate de acuerdo al material de la superficie que limpiarás para no correr riesgo de maltratarlo y estropearla.
Patio, terraza y áreas exteriores
Así como en la vida el bienestar exterior viene del interior, lo mismo ocurre con una casa. Una vez finalizada la limpieza dentro, es momento de lavar la terraza, el jardín y recoger las basuras, hojas secas y la suciedad de las mascotas en el patio.
Esperamos que con estos prácticos consejos puedas limpiar tu casa a fondo, sin cansarte demasiado y sin pasar la semana entera en este martirio. Recuerda que la planificación, la organización y la disciplina son las claves para un hogar pulcro e higiénico.