Utilizar agua a elevadas temperaturas es una de las mejores herramientas para desprender suciedad persistente, como manchas de aceite, grasas, lodo, salsas, tinta y demás. Además de eso, disminuye la cantidad de bacterias, y virus, reduce el tiempo de las tareas de limpieza en un 75% y también el lapso de secado después de haber limpiado.
Ahora bien, aunque es cierto que es una gran aliada de la higiene para atacar la proliferación de gérmenes y eliminar la mugre difícil, no es apta su mezcla con todos los detergentes o desinfectantes, mucho menos se debe verter sobre cualquier tipo de superficies. Hoy queremos contarte un poco acerca de qué sí y que no limpiar con agua caliente y cómo hacerlo de manera eficiente.
¿Qué se puede limpiar con agua caliente?
Uno de los métodos para limpiar y desinfectar superficies, ambientes y objetos más efectivos es con vapor de agua o agua caliente directamente, de hecho, es considerado fundamental en la cocina para mantener una buena higiene y reducir la cantidad de limpiador usado. Sin embargo, el agua caliente inactiva las propiedades de algunos detergentes y desinfectantes (como la lejía) y su mezcla es un total error. Toma nota y utiliza esta aliada de la limpieza a tu favor:
Arranca la grasa de la cocina, horno o microondas
Esto se debe a que el agua caliente (al menos a 75° C) favorece la disolución de moléculas de grasa y hace que el detergente aplicado sea mucho más efectivo. Igualmente, acaba con bacterias presentes en la superficie y previene la exposición de los alimentos a contaminantes.
Nota: Si añades vinagre y jabón al agua caliente ¡Su capacidad desengrasante se duplica!
Desatasca el drenaje
Es estupenda para ablandar residuos acumulados y atascados en las tuberías, bien sea en el fregadero de la cocina, de la ducha, en el lavabo ¡Incluso en los inodoros! Simplemente, debes esparcir 3 cucharadas de sal gruesa en agujero del desagüe, esperar 2 minutos y verter un litro de agua hirviendo. ¡En 5 minutos el agua correrá libremente!
Limpia el fregadero de acero
Para nadie es un secreto que esta zona de la cocina se ensucia más que cualquier otra, tanto con restos de alimentos, como con sedimentos y marcas de jabón salpicados por doquier. En estos casos, añadir jabón y un poco de vinagre al agua caliente facilita y agiliza su limpieza ¡Y acelera el secado!
Elimina manchas en suelos de gres o cerámica
Si notas marcas persistentes en tu suelo o encimera de cerámica y no salen con lejía ni bicarbonato, entonces mezcla un poco de sal, vinagre y agua caliente. Hecho esto, trapea con este limpiador que acabas de hacer y verás como se desprende la mancha poco a poco.
Lee con atención: ¡Jamás viertas agua caliente en suelos de madera!
Lavar ropa
Si bien no todo tipo de tejidos pueden lavarse con agua caliente, existen prendas que, por naturaleza, ameritan un lavado a altas temperaturas, por ejemplo: la ropa de cama, toallas, ropa muy sucia o manchada, cortinas gruesas o uniformes médicos.
El agua caliente ablanda las manchas en tejidos, disuelve mejor el detergente y hace que penetre en las fibras, ayuda a desprender pelos y mal olor de las mascotas, mata ácaros, polvo, bacterias y el moho reproducido en ellas (como en el caso de las toallas).
Desaparece manchas marrones del inodoro
Todos odiamos estas molestas marcas oscuras en la taza del váter y el horrible fondo negro, ¿estamos de acuerdo? Por suerte, existe un método muy eficaz de acabar con eso e involucra el agua caliente. Sigue estos pasos:
- Cierra la llave que llena el tanque del inodoro y trata de vaciar por completo la taza.
- Una vez hecho esto, vierte una taza de vinagre blanco de limpieza en el fondo y deja actuar durante 20 minutos.
- Pasado este tiempo, esparce 4 cucharadas de bórax en polvo y espera 20 minutos.
- Vierte 1 litro de agua hirviendo y restriega con la escobilla o con estropajo.
- Finalmente, tira de la cadena y observa los resultados.
No olvides protegerte con guantes y una mascarilla para mayor seguridad.
Lava y desinfecta los platos
Lamentablemente, no podemos ver los microorganismos con el ojo humano, por lo que la única forma de asegurar una buena limpieza y desinfección es lavarlos en el lavavajillas con desinfectante o con un buen chorro de agua caliente. Así pues, se combate la grasa, la viscosidad, las manchas y mal olor fácilmente y sin necesidad de restregar con esponjas metálicas ni estropajos.
Sumado a lo anterior, la mayoría de los agentes limpiadores incorporan enzimas, es decir, catalizadores biológicos que agilizan el aseo, no obstante, las temperaturas altas funcionan como apoyo para que actúen con mucha más eficacia.
Un plus: Si lavas los platos con agua caliente, el calor hará que se sequen más rápido y se evita la propagación de microorganismos causados por la humedad.