En el mercado actual existe una gran variedad de trapos para limpieza, algunos de uso recomendado en la cocina, limpiar el baño, pulir, repasar y otros de preferencia para sacudir y recoger el polvo, pero los mejores y más versátiles son los de microfibra, pues atrapa la suciedad de manera mucho más efectiva que cualquier otro material —incluso sin usar jabón— y se puede usar tanto en seco como en húmedo, sin embargo, aunque este material es fuerte y duradera, si no se cuida bien, su vida útil se reduce a un par de semanas ¡Y puede ser mucho más larga!
Esta toalla es fabricada con fibra sintética tejida (aproximadamente 80% poliéster y 20% poliamida) y es apta para limpiar superficies delicadas sin rallarlas, materiales más ásperas y rústicos y goza de una capacidad de absorción de hasta 7 veces su peso, duplicando las del algodón ¿Y lo mejor de todo? No deja pelusas. Ahora bien, si estás aquí porque quieres saber cómo lavar tus paños de microfibra y conservarlos en buen estado por más tiempo ¡Toda la información que encuentres aquí es para ti!
¿Cómo lavar y cuidar paños de microfibra?
¿Sabías que las fibras de los paños de microfibra son 3 veces más finos que el algodón y 2 veces más que la seda? Y a pesar de eso, su calidad y eficacia no puede compararse con las anteriores, pues funciona como un imán que retiene suciedad, bacterias y microorganismos en sus poros hasta que se lavan con agua, facilitando y economizando las labores domésticas en gran medida. Es ideal para limpiar pantallas electrónicas, el coche, secar cristales, asear y abrillantar suelos de madera y piedra natural, recoger el polvo, higienizar el baño y la cocina (con precaución, ya que son inflamables).
Sigue estos pasos y aprende cómo lavar trapos de microfibra correctamente, evitar que se adhieran malos olores y alargar su vida útil.
Enjuágalo antes del primer uso
Aunque después de comprar algo, lo primero que queremos es correr para quitar el envoltorio y utilizarlo enseguida, no es lo más recomendado, pues, aunque es un utensilio para la limpieza, podría contener químicos residuales de la fabricación y en áreas delicadas es perjudicial. Lo ideal es enjuagarlo con agua tibia y unas gotas de jabón.
Sacude o lava al terminar de limpiar
¡No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy! Si no retiras los restos de suciedad, polvo o motas recogidas tras el aseo habitual, con el pasar de los días se acumularán los microorganismos y se acelerará el deterioro de las fibras. Dale una buena sacudida o enjuagar con agua templada para que la suciedad superficial salga y no se incruste en los poros.
Límpialos a fondo cuando lo creas necesario
Dependiendo de la cantidad de veces que se use y la superficie que haya limpiado, requerirá un lavado profundo con detergente y agua caliente para que la mugre atrapada se despegue. También se puede lavar la microfibra en lavadora —nunca con más ropa—, no obstante, no es recomendable aplicar suavizante (estropea las fibras).
Por otro lado, se aconseja remojar en caliente y lavar trapos de cocina con bicarbonato o lejía para desinfectar y que la grasa se desprenda, no adquiera mal olor ni el desagradable biofilm (la capa pegajosa y asquerosa llena de bacterias).
Deja secar los paños al aire libre
¡No te ocurra secar los trapos en secadora! La naturaleza de este material no se lleva muy bien con este método de secado. Si bien no debes dejarlo húmedo por mucho tiempo, la mejor forma de que se sequen es colgarlos bajo el sol por un par de horas sin temor a que se dañen.
Ahora que ya conoces el modo correcto en el que los paños de microfibra se lavan y cuáles son sus ventajas en el ámbito doméstico, no dudes en correr al supermercado y hacerte con un par de estos aliados de la limpieza. Créeme, a mediano y largo plazo, son un ahorro sustancial de tiempo, dinero y esfuerzo para un aseo estupendo.