Cuando hablamos de comodidad, lujo y elegancia, no hay nada que se le compare a la seda. Esta magnífica fibra contiene una proteína llamada “fibroína” misma que la hace relucir con un resplandor sedoso en cualquiera de sus tonalidades, aporta un tacto suave y la convierte en una tela completamente distintiva ante el resto de los tejidos vegetales. Sin embargo, son bastante caras, sensibles a la luz del sol y su limpieza requiere de especial atención debido a su delicadeza y poca elasticidad.
A pesar de que, efectivamente, son delicadas, al mismo tiempo son bastante resistentes, pero para mantener su brillo y belleza por aún más tiempo y que no se desgasten de manera prematura debes aprender cómo lavar sabanas de seda correctamente. Si tienes dudas acerca del lavado de la ropa de cama en este material, ¡sigue leyendo! Te contamos lo que necesitas saber justo aquí.
Cómo se debe lavar la seda para que dure más tiempo
La ropa de cama de seda aporta suavidad y una sensación agradable, pero que su delicadeza no te engañe. Este tejido es muy resistente, se arruga menos, es aislante del frío en las épocas frías del año y también se mantienen frescas en verano, además, es hipoalergénica, por lo que es ideal para personas con problemas en la piel. Ahora bien, ¿qué cuidados de la seda son necesarios para alargar su vida útil? Toma nota, te lo explicamos a continuación:
- Lo primero que debes hacer antes de iniciar con el lavado es leer las etiquetas que traen de fábrica, ya que en ellas encuentras las recomendaciones del fabricante acerca de la forma correcta para lavar este tejido sin dañarlo, si se puede o no a máquina o si solo debe ser lavada en seco.
- Llena un barreño con agua fría (jamás caliente), diluye una taza de detergente para seda o jabón líquido para telas delicadas o con pH neutro y agrega ¼ de taza de vinagre (ayuda a mantener el brillo y la suavidad). En el caso de la seda, menos, es más, es decir, no necesitas una cantidad excesiva de detergente para que quede limpia y con buen olor.
- Sumerge las sábanas y fundas de almohadas en el recipiente y una vez dentro, frota con tus manos con sutileza, con especial insistencia en las zonas donde veas manchas o suciedad persistente. Hazlo cuidadosamente para no correr riesgo de rasgarlas o afectar su textura.
- Al finalizar, aclara con agua templada y tiéndelas al aire libre bajo la sombra.
- La seda no se plancha ni se utiliza vapor, su textura no lo requiere, por lo tanto, es mejor evitar el calor. Pero si tienes la costumbre de planchar las sábanas, puedes hacerlo al revés, sin vapor y a la temperatura mínima.
¡Advertencia! No la exprimas, no las metas en la secadora y tampoco la dejes secar bajo el sol, pues podría estropearse sin remedio alguno o desgastarse de forma prematura.
Aunque hay quienes escojan lavar la seda en lavadora con un ciclo de lavado delicado, agua fría y centrifugado corto, no somos partidarios de esa decisión, ya que al rozar con las paredes del tambor pueden lastimarse. Por otro lado, lo adecuado es limpiar seda en seco, pero si no tienes el kit de lavado y tampoco quieres gastar tanto dinero en tintorería, puedes lavarlo a mano y mantenerla en buen estado sin esfuerzo siguiendo este sencillo y económico procedimiento.
Y por si te lo preguntabas: No, no es recomendado el uso de suavizantes, lo mismo aplica en productos como amoníaco o blanqueadores de oxígeno activo, ¡son letales para esta tela!