¿Eres del team que lava la ropa antes de ponértela?, ¿o del que estrena emocionado con el gusto del olor a “nuevo”? Si eres del segundo grupo, lamentamos informarte que, aunque pueda ser placentero, estás cometiendo un error y lo más recomendable es realizar una limpieza básica a las prendas antes de que entren en contacto con nuestra piel —en especial si son piezas íntimas—.
No, que sea nueva, no quiere decir que esté limpia y por completo libre de suciedad, sin importar qué tan bonito sea el empaque donde vino o que tan sofisticada sea la marca. Sigue leyendo este artículo y conoce la verdadera razón por la que debes lavar la ropa nueva antes de estrenar explicada por especialistas en el área.
¿Por qué la ropa nueva se debe lavar?
Si has comprado o te han esa falda, pantalón, vaquero, vestido, biquini o lencería que tanto te gustó de tu tienda favorita y las ganas de probártela y mostrar al mundo lo bien que te queda se te desbordan del alma, lo mejor es que entres en calma, bajes la euforia y lo pienses mejor. Sobre todo, cuando es ropa interior nueva sin lavar, bañadores o tela que entrará en contacto con un bebé recién nacido, pues la capa de su piel es muy delgada y mucho más irritable.
Según expertos en dermatología, alergología y microbiología, toda tela nueva (ropa, sábanas, toallas) se debe lavar como hábito de higiene, y aunque en la mayoría esto no representa un riesgo, la doctora Elia Roó Rodríguez afirma que es vital para prevenir problemas en personas con pieles sensibles o atópicas.
Químicos, tintes y manipulación desconocida
Los químicos y tintes azoicos presenten en las prendas nuevas para que se vean más “bonitas” en las tiendas se liberan con el sudor y la fricción del cuerpo. Una de estas sustancias es la resina de formaldehído, aplicada para evitar arrugas y responsable de alergias que algunas veces parecen “inexplicables”.
Además de lo anterior, imagina por un minuto la cantidad de manos por las que ha pasado la ropa desde el momento de su fabricación hasta llegar a ti, en qué países lejanos fueron confeccionadas, cuáles fueron las condiciones de transporte y conservación, cuánto polvo, suciedad y virus se han alojado a lo largo de los días y el número de personas que se han probado la prenda antes de que la hayas comprado, ¿ahora lo ves?
¿Qué pasa si uso ropa nueva sin antes lavarla?
No caigamos en manías, el riesgo de afectar tu salud gravemente por probarte tejidos nuevos sin lavarse es bastante bajo, sin embargo, sigue siendo conveniente, y si tienes un pequeño corte o eccema en la piel o tu sistema inmunitario es débil, se incrementa la necesidad.
Ahora bien, aunque contraer una enfermedad peligrosa por no haber lavado la ropa es poco frecuente, existen posibilidades de padecer dermatitis de contacto, alérgica o irritativa, que trae consigo eritema (piel enrojecida), descamación o lesiones con líquido y prurito (comezón), así como verrugas virales, moluscos u hongos de fácil contagio.
Por otro lado, en la zona íntima podrían aparecer efectos ginecológicos como infección bacteriana o micótica (vulvitis), debido a la cantidad de bacterias y fluidos que, aunque no los veamos, habitan en estos tejidos.
Entonces, ¿cómo lavar ropa recién comprada para que no destiña?
Tras leer todo esto, probablemente pienses que es obligatorio lavar todo tipo de prenda antes de estrenarla, no obstante, en el caso de abrigos de piel o piezas que no están en contacto directo, no es así.
Basta con leer la etiqueta y conocer las recomendaciones y lavar por separado la ropa nueva con un programa corto de lavado o a mano con agua a 60 grados para eliminar todos los gérmenes que habitan en el tejido.
En caso de que sean telas delicadas que no deben lavarse a elevadas temperaturas, agrega un jabón desinfectante o un producto específico para este fin, como un chorrito de lejía, un par de cucharadas de bicarbonato o media taza de vinagre blanco. Finalmente, tiende en un sitio aireado y preferiblemente en un día soleado para que la humedad no haga estragos.
Nota: para la ropa de bebé utiliza un detergente sin perfumes ni colorantes para evitar reacciones cutáneas.
Lavar la ropa nueva es un hábito un poco fastidioso y baja la emoción, pero sin duda es mucho prevenir que lamentarte unos días después en la visita al dermatólogo. ¡No es paranoia, es sentido común!