La época más fría y nostálgica del año recién empieza, y en estos días helados hay un objeto que no puede faltar a la hora de dormir. No, no hablo de la almohada ni de la calefacción —que sí, también son esenciales—, me refiero a las cobijas o mantas que nos mantienen cómodos y calentitos. Y al igual que el resto de la ropa de cama, requiere de una limpieza regular para evitar que el polvo, los ácaros y las células muertas que desprende nuestro cuerpo hagan de las suyas e invadan nuestro óptimo descanso.
No nos engañemos, lavar edredones, cobertores, frazadas y colchas es una tarea engorrosa, pero no tienes que gastar 50 euros —o más— en la tintorería, basta con que leas con atención este artículo donde te enseñamos cómo lavar una manta en casa, sin estropear el tejido y sin sufrir en el intento. ¡Atento/a!
Cómo lavar mantas para que no encoja
Es vital que sepas que no todas las frazadas y cobijas pueden lavarse en la lavadora, en especial las fabricadas en telas delicadas, como las de lana, por ejemplo. De lo contrario, podría encogerse, mancharse o dañarse el tejido de forma irremediable. Ahora bien, te preguntarás ¿realmente puedo hacerlo yo mismo de forma segura? La respuesta es sí, ¡claro que sí! Sigue estas recomendaciones y lleva a cabo el lavado de mantas de lana, algodón y pelo fácilmente y sin riesgo.
Lavado en lavadora
Si quieres lavar manta de lana en la lavadora (o de algodón u otro material), debes tener en consideración a su peso y tamaño, pues, si es muy pesada o queda demasiado apretada en el tambor, el funcionamiento del electrodoméstico se verá afectado.
- El primer consejo es que si son pequeñas o de tamaño infantil, las laves de par en par e incluso tres en un ciclo, y si son más grandes, una a una, así garantizas resultados óptimos y previenes que el jabón se acumule en una zona.
- Hecho esto, revisa la etiqueta para asegurarte de que el fabricante recomienda el lavado a máquina, la temperatura adecuada y si pueden aplicarse blanqueadores.
- Fíjate si tienen manchas. En caso de que si tengan, trátalas aparte con agua tibia y jabón de forma concreta antes de lavarlas.
- Programa un ciclo corto especial para prendas delicadas o de lana y siempre con agua fría o a una temperatura de 30 °C máximo.
- Añade detergente apto para tejidos delicados (en polvo o líquido) o con pH neutro.
- Selecciona el centrifugado más suave (a menos revoluciones por minuto)
- Evita agregar suavizantes para evitar que la prenda se apelmace. Si la manta tiene mal olor, agrega 1/4 de taza de vinagre blanco, este ingrediente ecológico neutraliza el hedor sin afectar la tela.
- Para finalizar, tiende al aire libre y a la sombra.
Nota: Ciertos tipos de mantas (como las polares) pueden secarse en la secadora a bajas revoluciones.
Lavado a mano
Algunos tejidos más finos y susceptibles que otros, uno de ellos es el pelo. Si tu cobertor es de este material o quieres lavar una manta que no cabe en el tambor, también puedes lavarla a mano siguiendo estos pasos:
- Llena la bañera con agua fría y añade tres tazas de detergente neutro en polvo o líquido.
Una vez llena, sumerge la prenda por completo para que absorba el agua el jabón. - Déjala en remojo durante 30 minutos y realiza movimientos constantes con tus manos.
- Si observas marcas de suciedad o manchas, trátalas aplicando jabón directamente sobre ellas y frotando con un cepillo de cerdas suaves sin hacer demasiada presión para no maltratar el tejido.
- Finalmente, aclara con abundante agua templada, deja que escurra y luego tiéndela al aire libre. Siempre cuélgala a la mitad para que no toque el suelo y se airee. Puedes hacerlo un par de horas al sol y luego guárdala bajo la sombra para que los rayos solares no perjudiquen su color o textura.
Es probable que tarde 1 día o día y medio en secarse con buen clima, así que no desesperes y sé paciente, eso sí, ¡nunca la guardes estando húmeda! Si no, los microorganismos y hongos harán de las suyas y apestará.
¡Misión cumplida! ¿Ves lo fácil que es lavar mantas de algodón, pelo o lana? Ahora que ya lo sabes, recuerda que este tipo de tejidos no necesitan limpiarse a menudo, basta con una buena cepillada cada 3 o 4 días para evitar que se acumule el polvo y mugre.