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Cómo lavar una bufanda de lana correctamente y que luzca impecable

La lana requiere de tratos y cuidados específicos, de lo contrario, podría encogerse, deformarse y estirarse por accidente.

Con el pasar de los años, el invierno se está volviendo más intenso en distintas partes del mundo. En España, se pronostica una ola de frío, por lo que se debe recurrir a prendas y tejidos que sean cómodas, de rápida limpieza y eficientes para proteger del inminente frío, uno de los infaltables accesorios en esta son las bufandas, pero no de cualquier tela, sino la que a mi parecer es la más indicada para las temperaturas más bajas: la lana.

Gracias a las cualidades de esta fibra natural hecha a partir de la esquila de animales provenientes de lugares con temperaturas extremas, —cabras, ovejas, alpaca o cachemira, principalmente—, es un gran aliado a la hora de mantener el calor corporal y abrigar durante tiempo prolongado. Sin embargo, requiere de tratos y cuidados específicos, de lo contrario, podría encogerse, deformarse y estirarse. En este artículo te enseñamos cómo lavar una bufanda de lana correctamente, fácil y no te llevarás más de unos cuantos minutos ¡Toma nota!

Cómo lavar una bufanda de lana sin dañarla paso a paso

La lana posee características interesantes que la hacen única e irremplazable, entre ellas, además de ser un excelente aislante térmico, absorbe y repele la humedad según las condiciones, no arde con facilidad y elástica. Ahora bien, es importante tener en cuenta la delicadez de este material textil, así que, antes de iniciar el lavado de una bufanda de lana, ten en consideración la etiqueta con las indicaciones del fabricante, donde explican si es apto para lavado a máquina, la temperatura máxima y otros datos esenciales para conservarla en óptimas condiciones. Sigue estos pasos:

lavado bufanda lana

  1. Lávala sola y no con otras prendas de diversos tejidos, ya que objetos como cremalleras, botones y demás agregados pueden enredarse en las fibras y estropearla.
  2. Ten a la mano una superficie plana (una mesa o tendedero horizontal) para dejar la bufanda extendida al finalizar, agua fría, un cepillo de cerdas suaves y jabón líquido, de preferencia con pH neutro.
  3. Llena un envase con agua fría y agrega el detergente líquido de pH neutral
    idóneo para cuidar la tela. Mezcla bien para que se diluya el jabón por completo.
  4. Sumerge la bufanda y empápala bien de esta solución jabonosa. Una vez totalmente mojada, aplica suave presión apretando la bufanda con cuidado para que absorba el agua con jabón.
  5. Restriega con delicadeza las manchas presentes. Evita ser rústico/a para no deformar o estropear las fibras.
  6. En caso de que veas una mancha persistente, agrega una pequeña porción de jabón directamente sobre ella y friega con un cepillo de cerdas suaves con cautela. Es fundamental que te tomes el tiempo de lavar las manchas por parte y con calma.
  7. Enjuaga con abundante agua —siempre templada o fría para que no se encoja— y exprímela. Puedes extender una toalla seca en una superficie plana, colocar la bufanda encima y enrollarla para exprimir y retirar el exceso de humedad sin ser agresivo.
  8. Finalmente, extiéndela en una superficie plana y deja secar al aire libre, pero que no entre en contacto directo con el sol.

¡Y listo! ¿Ves lo fácil y rápido que es lavar una bufanda de lana? Recuerda, estas bufandas no requieren de lavados constantes, por lo que, si no se ha ensuciado demasiado y no tiene manchas visibles, hazlo cada dos semanas. El resto del tiempo bastará con cepillarla para retirar pelusas y mantenerla en un lugar ventilado para que no adquiera malos olores.

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