Las fincas rústicas están en pleno auge de ventas y de intención de compra por parte de las personas y de muchos inversionistas, creando un verdadero boom en el sector de bienes raíces y generando una excelente oportunidad de inversión. Pero este aumento en el interés por este tipo de propiedad inmobiliaria tiene que ir de la mano con la necesaria información relativa a la compraventa de estos inmuebles y a los impuestos que las fincas rústicas generan.
Los impuestos relativos a la venta o comercialización de una finca rústica, al igual que de una vivienda, son obligatorios y están sujetos a la Ley de Vivienda y por extensión a cada una de las normativas vigentes en cada una de las Comunidades Autónomas. Algunos de ellos tienen que ser afrontados por el comprador, mientras que otros serán exclusiva responsabilidad del vendedor y otros tantos son compartidos por ambas partes.
Los impuestos al comprar o vender una finca rústica
Las fincas rústicas, al igual que cualquier otro inmueble, tienen que ceñirse a los impuestos y a las obligaciones que se desprenden de una compraventa, un proceso que no debe obviarse porque forma parte del marco legal establecido en España y porque además tiene que calcularse con anterioridad para verificar que la compra o la venta sea una operación rentable.
Además de las posibles repercusiones legales que implica el hecho de evadir alguno de estos impuestos, con responsabilidades para el comprador y para el vendedor y en muchos casos responsabilidades compartidas. Por lo que conocer al detalle, cada uno de estos impuestos es de gran importancia para evitar muchos problemas a futuro con Hacienda.
Impuestos y obligaciones fiscales para el vendedor de la finca rústica
Las responsabilidades para con Hacienda del vendedor de una finca rústica son variadas y es que bajo su responsabilidad existen impuestos que representan importantes pagos. El de mayor relevancia tiene una periodicidad anual y se trata del Impuesto de la Renta de Personas Físicas o IRPF, consistiendo en una tributación “por cambio del patrimonio”, contemplando reducciones o incrementos.
También es responsabilidad del vendedor hacerse cargo del Impuesto sobre Bienes Inmuebles o IBI, este corresponde al año natural en el que se haya llevado a cabo la operación de un modo formal. Por lo que los vendedores tienen que estar al pendiente de este par de impuestos para no caer en desacatos y posibles fraudes para con el estado.
Impuestos y obligaciones fiscales del comprador de la finca rústica
Los gastos de impuestos sobre la venta de una finca rústica también repercuten en el comprador del inmueble y representan una clara obligación que tiene que ser atendida por el interesado en las tierras rurales. La primera obligación hace referencia a los gastos relativos a la inscripción de la escritura pública en el Registro de la Propiedad y los gastos del ITP o también llamado Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales.
¿Qué impuestos de una finca rústica permiten negociación?
La venta de una finca rústica implica una negociación basada en el precio inicial de la oferta porque al valor asignado al inmueble se tiene que anexar una serie de gastos adicionales correspondientes a la gestoría y a la efectiva tramitación del expediente. Estos gastos por regla general son asumidos por quien contrata la asesoría, aunque no siempre tiene que ser así y es posible llegar a un acuerdo entre las partes y compartir el gasto.
Otros impuestos al momento de vender una finca rústica
La comercialización de las fincas rústicas y a diferencia de otros bienes inmuebles, incluye impuestos denominados especiales, dentro de ellos está el IVA o Impuesto sobre el Valor Añadido. Adicional a este impuesto está la Plusvalía Municipal, también llamado impuesto del Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana o IIVTNU y es la Ley Reguladora de las Haciendas Locales la encargada de especificar los precios de la Plusvalía Municipal.