Además de un buen colchón y una correcta limpieza de la ropa de cama, una almohada es uno de los elementos más importantes para garantizar un buen descanso, una postura adecuada y un sueño verdaderamente reparador, en especial si son rellenas de plumas. Ahora bien, para nadie es un secreto que con el pasar del tiempo, el peso de la cabeza hace que se pierdan la forma, quedando atrás la esponjosidad que las caracterizaba.
Y es que, aunque lavar las almohadas sea parte de tu aseo mensual, poco se atiende a la recomendación general de los expertos de reemplazarlas cada dos años ¿Tú lo haces? ¡Porque las mías ya tienen 4 años! En este artículo te contaré cómo esponjar almohadas viejas en casa y garantizar comodidad al dormir por mucho más tiempo con un truco casero, sencillo y muy práctico.
Cómo esponjar almohadas viejas paso a paso
Acostarse y reposar sobre una almohada suave y con buen olor es reconfortante, en especial tras un cansado día de trabajo o una ardua jornada de tareas domésticas. Sin embargo, no basta solo con lavarlas, sino que también se deben volver a esponjar cada dos meses para asegurar que sean confortables y no simplemente un objeto sin forma definida. Sigue estos pasos y dale una nueva vida en minutos:
- Lo primero que debes hacer es revisar el día, sí, el día. Fíjate que esté soleado, pues si hay probabilidad de lluvia no se secará del todo bien y el método no funcionará correctamente.
- Hecho esto, quítales las fundas, y si están muy sucias, lávalas antes con un ciclo suave dentro de la lavadora con detergente hipoalergénico y un poco de suavizante.
- Una vez lavadas, llévalas a la secadora (máximo dos).
- Introduce dos pelotas de tenis limpias, cada una dentro de un calcetín amarrado al extremo. También puedes usar un objeto que se le parezca.
- Selecciona un programa de secado a baja temperatura o con aire seco.
- Tras 10 minutos, saca las almohadas de la secadora y déjalas bajo el sol durante 3 o 4 horas para deshacerte de la humedad y que aumente su volumen. Un buen consejo es esparcir un poco de bicarbonato de sodio para que absorba más rápido la humedad y neutralice cualquier mal olor presente en ella.
- Sujeta cada extremo con una mano para estirarla y contraerla de adentro hacia afuera como si tocaras un acordeón. Igualmente, puedes darle algunos golpes con los puños por los extremos para esponjarla aún más.
Nota: en el caso de almohadas de algodón, llévalas a la secadora a baja temperatura por 20 minutos sin las pelotas de tenis.
Si tras este procedimiento aún notas que sigue aplastada, el relleno sigue plano, tiene grumos, bultos o abolladuras, lamento informarte que ya es momento de decirle adiós a tu fiel compañera y comprar una nueva, que proporcione soporte y comodidad necesaria para un descanso satisfactorio. Recuerda esponjarla a diario arrugándolas con tus manos haciendo ligera presión.