Si alguna vez has entrado en casa y has tenido una sensación extraña, como de incomodidad, un presagio y simplemente que te ha dado mal rollo, puede ser que tu casa esté invadida por las malas energías. De esta forma, te puede resultar difícil estar a gusto o relajarte en ella. Se trata de una cuestión importante para el que vive en ella, porque las malas vibraciones se acumulan y pueden dar lugar a un gran malestar en las personas que allí residen.
Estas malas energías se atraen o se generan según el contexto en el que nos encontremos: malas compañías, lugares, situaciones o errores que sin querer cometemos y que provocan una acumulación de malas vibraciones, principalmente en el hogar. Por ello, debemos mantener los espacios sanos, estables y en armonía para que nuestro descanso no sea vea perturbado. Aunque, eso sí, por mucho que tratemos de evitar las malas energías, en algún momento no quedará más remedio que estar expuestos a ellas. Por ello, es importante cuidar detalles que parecen simples y que, sin saberlo, provocan malestar.
Algunos consejos para ahuyentar las malas vibraciones
Los expertos recomiendan que, si quieres ahuyentar las «malas vibras», es importante que tu vivienda esté bien aireada -todas las mañanas, llueva, haga frío o calor, abre tus ventanas 15 minutos-, de vez en cuando quemes Palo Santo o madera sagrada, que tiene un aroma intenso con toques cítricos y es conocido por sus capacidad calmantes y equilibrantes; o introduzcas en tu vivienda algunas plantas. Además de esto, puedes tomar nota de aquellos errores que debes evitar.
- Acumulación de objetos. Acumular objetos no es un buen hábito. Es señal de que algo no va bien o que tenemos unas ataduras con el pasado que no nos permiten avanzar. Tener demasiados objetos, especialmente rotos o a los que ya no damos ningún uso, impiden el flujo energético del hogar y, peor aún, no deja que cosas nuevas entren en tu vida. Acumular genera cansancio, agotamiento, ansiedad y desequilibrio. Un círculo vicioso.
- Suciedad. Una de las reglas básicas para tener una casa en buen estado es la limpieza, que debe ser constante y profunda para, además del polvo, eliminar todo tipo de mala sensación que pueda existir. Para fomentar las buenas atmósferas, puedes encender algunas varitas de incienso e, importante, no dejes ningún rincón sin limpiar: esquinas, detrás y debajo de los muebles, ventanas, espejos, cristales… La suciedad genera un ambiente muy pesado y poco sano para vivir.
- Espejos cerca de la cama. En muchas culturas, los espejos son portadores de energía, objetos muy poderosos que deben utilizarse con cuidado. Lo más recomendable es que tengas los estrictamente necesarios en casa y que sean formas redondas u ovaladas pero, sobre todo, lo que hay que evitar es tenerlos cerca de la cama en la que dormimos. Como mejor opción, deberían estar dentro del armario o en una esquina en la que no se refleje la cama.
- Luces. La luz no es únicamente algo que sirva para iluminar nuestra casa, también tiene un rol muy importante en cuanto a la mente. Existen estudios que demuestran que las luces producen efectos específicos en el cerebro y alteran el estado de ánimo. Lo correcto es optar por lámparas de luz natural y focos alógenos de bajo voltaje, que no sean muy brillantes, ya que si quieres decorar una habitación en específico, elige bombillas de colores fríos como el azul o el verde, pues el espectro contrario puede generar ansiedad.
- Colores. La monocromía es tendencia, pero hay que recordar que los colores representan elementos naturales y su energía. La saturación de un solo color y, sobre todo de algunos inadecuados como el blanco, el negro o el café, que son muy bajos a nivel energético, dan pie a un hogar desequilibrado. Si cada habitación tiene un color adecuado y los tonos se complementan, entonces es perfecto. La monocromía es bonita, pero es un disparador de malas energías.
- Presta atención a la cocina. La cocina es una de las estancias más importantes del hogar: representa la abundancia y el alimento. Hay que evitar cuchillos colgados en la pared o fuera de su sitio, alimentos en mal estado, platos sucios y falta de organización. Para tener una cocina con buena energía, también hay que tener siempre las baldas limpias y los desechos alimenticios bien reciclados. Si sigues estos consejos, las malas vibraciones estarán lejos.
Nos guste o no, las malas energías están siempre al acecho y hay que hacer todo lo posible para alejarlas, principalmente de tu casa, que es el refugio principal de la vida diaria y del exterior. Estos son sólo algunos pequeños cambios, pero notarás lo bueno que son para ti y tu hogar, pues es importante que en casa nos sintamos bien y a gusto.