Seguramente alguna vez se te ha pasado por la cabeza cultivar tomates cherry en maceta para tener siempre algunos disponibles. Las estadísticas dicen que la gran mayoría de personas desean tener un jardín que cultivar, pero no todos tenemos la suerte de vivir en una casa que tenga un amplio espacio exterior.
Para calmar esas ganas de cultivar plantas y disfrutar de algunas comidas hechas en casa, podemos probar a cultivar tomates cherry en una maceta. Puedes hacerlo aunque tengas una terraza, e incluso un pequeño balcón o alféizar de tu ventana. Pero es que además los tomates cherrys son una planta fácil, que crece simplemente con algunos pequeños cuidados no muy exigentes. Así pues, es importante tener información sobre qué pasos debes seguir para tener pronto unos tomates cherrys que añadir a tu comida semanal.
¿Qué pasos hay que seguir para cultivar tomates cherry en maceta?
En el caso de que no tengas experiencia previa cultivando o cuidando plantas… ¡No debes preocuparte! Precisamente es buena idea cultivar tomtaes cherry en maceta porque es un procedimiento sencillo, para el cuál lo único que vas a necesitar es leer este artículo, un poco de tiempo y cuidado, y un balcón o espacio donde de luz indirecta algunas horas al día.
Ahora bien te vamos a contar los pasos que debes dar para que te crezcan unas tomateras increíbles sin necesidad de tener jardín:
- En primer lugar necesitas algunas semillas de tomate cherry. Puedes comprarlas ya preparadas en alguna tienda especializada, o bien puedes usar las pepitas internas de algunos tomates cherry que hayas comprado en casa. En este segundo caso, debes sacar las semillas con cuidado de quitar todos los restos de tomate y limpiarlas muy bien con agua para que queden perfectas.
- Después debes introducir las semillas del tomate en la tierra de una maceta y humedecerlas brevemente. Aquí debes tener en cuenta algo importante: es mejor rociar con un spray agua para que la tierra quede húmeda, que echarla con una regadera. Esto es porque la fuerza del agua puede remover las semillas y que entonces no queden fijadas a la tierra donde tienen que crecer.
- Y para asegurarnos de que tenga la humedad que necesita, cuando hayamos puesto las semillas bajo tierra podemos cubrir la maceta con papel film. De esta manera no entrará el aire y estropeará la germinación, que es lo más importante.
- Rápidamente verás que surgen los primeros tallos, y entonces ya puedes ponerlo en una maceta de tamaño más grande y empezar a verlos crecer.
Solamente necesitarás tierra estándar y las semillas para poder cultivar tomates cherry en maceta. No es necesario utilizar ningún tipo de nutriente, fertilizante o abono especial porque, como te decimos, los tomates cherry son muy agradecidos y no exigen grandes necesidades.
Algunos consejos para que crezcan sanos y fuertes
Una vez ya has empezado a cultivar en una maceta los tomates cherry, entonces debes seguir algunos otros consejos que ayuden a que crezcan rápido, pero sobre todo, que crezcan sano. Es bastante común que al inicio del cultivo, la planta crezca rápidamente pero que si nos descuidamos, se atasque y empiece a crecer de manera mucho más lenta.
En primer lugar, y esto seguramente lo sepas si ya has cultivado plantas en otras ocasiones, debes darles una maceta que sea de un tamaño adecuado. Cuando vayan creciendo tendrás que cambiar en un determinado momento la maceta, para que las raíces no toquen el suelo y se quede atascada.
Por otro lado, también es realmente importante podar las hojas hasta que empiecen a salir los primeros tomates. Cuando empiece a crecer, puedes ponerle una guía con algún palo que encuentres por casa para que así crezca de forma vertical. Y cuando en la superficie las hojas empiecen a aglomerarse, entonces puedes recortarlas, así como eliminar las que se vayan quedando secas.
Por último, en cuanto a los cuidados que debes darle a tus plantas de tomate cherry en el día a día, son realmente sencillos. Por un lado, deben de tener al menos seis o siete horas de luz solar indirecta, y no es conveniente que le de el sol directo porque las hojas pueden secarse o quemarse. Y, por otro lado, debes de regarlas lo suficiente para que la tierra siempre esté húmeda.