El óxido está catalogado como un compuesto químico donde al menos interviene un átomo de oxígeno y un átomo de otro elemento y donde generalmente el átomo de oxígeno presenta un evidente estado de oxidación. Generalmente, puedes observar esta reacción en los materiales metálicos donde la exposición a los elementos y sobre todo a la humedad sumada a la falta de mantenimiento y limpieza logran que este proceso de oxidación haga su aparición.
Se puede identificar fácilmente, ya que es una capa de color marrón rojizo (normalmente) que se forma en un objeto de hierro cuando entra en contacto con el oxígeno y el agua o, dicho de otra manera, por la humedad del aire. Es común verlo en herramientas, en las bisagras de las puertas, etc.
Pero no todo está perdido porque es posible limpiar este óxido y devolver la hermosura y la buena calidad de vida a muchos objetos antes de decidir desecharlos, por ello te dejo un excelente artículo con todos los conocimientos necesarios para que logres limpiar el óxido de las diversas superficies, manteniendo una óptima eficacia y una gran facilidad y sobre todo empleando ingredientes que seguramente tengas disponibles en tu hogar.
Método práctico para lograr limpiar el óxido de tus metales
Existen muchos productos en el supermercado para quitar el óxido, y suelen ser muy útiles, pero es muy necesario que leas sus instrucciones antes de usarlos para evitar posibles accidentes. No obstante, muchas veces es mejor, y sobre todo más seguro, recurrir a remedios o métodos caseros con una eficacia más que probada a estas alturas, como los que te proponemos a continuación.
Para este proceso necesitarás tener a la mano los siguientes productos:
- Un trozo de papel de aluminio.
- Zumo de limón (dependiendo del tamaño de la pieza necesitarás de la cantidad adecuada).
- Vinagre. (A ser posible blanco)
- Bicarbonato de sodio.
Cómo proceder a eliminar el óxido y permitir disfrutar de una superficie limpia y libre de la corrosión
- Como primer paso debes de cortar el papel de aluminio en trozos y deberás de sumergirlos en el zumo de limón.
- Las primeras capas de óxido las eliminarás frotando la superficie del objeto con los trozos de papel de aluminio empapados de zumo de limón. Si por alguna razón aún quedan restos de óxido al final del proceso, es hora de aplicar el vinagre blanco.
- Con la ayuda de una cacerola, vierte el vinagre y procede a sumergir la pieza completa (deberá quedar ahogada), permitiendo que pueda reposar por al menos 12 horas. Luego con un paño (preferiblemente de microfibra) impregnado con bicarbonato de sodio limpia toda la estructura de la pieza que estuvo sumergida.
- Seguidamente, seca el objeto con un paño limpio y seco. Puedes verificar que has logrado recuperar el brillo y eliminar los restos de óxido más difíciles.
Otros diversos trucos y métodos para que tus objetos de metal estén libres de óxido
Objetos metálicos
- Bicarbonato: luego de enjuagar el objeto con abundante líquido (agua) procedes a espolvorearlo con el bicarbonato asegurándote de cubrir todas las partes oxidadas, deja reposar por al menos una hora y seguidamente con la ayuda de un cepillo de cerdas metálicas frotas hasta que el óxido desaparezca, un método efectivo para objetos pequeños y con manchas leves de óxido.
- Limón y sal: Un truco de amplio uso y que funciona de maravilla para manchas de poca rebeldía, consiste en cubrir con una capa de sal la superficie oxidada y luego rociar sobre la sal el zumo de limón. Dejas reposar por 3 horas y frotas con la misma piel del limón. Puedes repetir el proceso en caso de que aún queden restos de óxido.
- Coca Cola: Gracias a estar elaboradas con sustancias ácidas como el ácido fosfórico las bebidas de cola son eficientes gracias a que, al entrar en contacto con el metal, reaccionan con el oxígeno, y de esta manera contribuyen a la eliminación del óxido. Simplemente tienes que sumergir el objeto en un recipiente con Coca Cola por un día entero y, cuando lo retires, debes frotarlo con un paño.
- Detergente y patata: Para manchas de óxido ligeras, el detergente que se usa para lavar los platos es una alternativa ideal. Cortas la patata y la usas a modo de paño (impregnada con el detergente) para frotar las partes «infectadas». Las patatas contienen acido oxálico, el cual reacciona con el jabón y tiene la capacidad de limpiar el objeto de los restos de óxido.
- Vinagre: Es posible aplicar el mismo método de la Coca Cola, pero empleando vinagre, preferiblemente blanco porque tiene un olor más suave. Podrás verificar que al momento de frotarlo para secarlo con un paño los restos de óxido van desapareciendo.
- Ácido cítrico: Aunque es un ingrediente que no es muy común en los hogares (puedes adquirirlo online), es perfecto para eliminar el molesto óxido de las piezas metálicas. Sumerge el objeto en un recipiente con agua caliente y agrega 3 cucharadas de este ácido. Deja que repose y que actúe durante aproximadamente 12 horas. Cuando lo retires, puedes finalizar el proceso frotando con un paño o con un cepillo.
Del suelo y de la ropa
- Bicarbonato: Solo o combinado con otros ingredientes es perfecto para eliminar este tipo de manchas. Puedes combinarlo con limón, pasta de dientes, agua o con vinagre blanco. Remoja y luego frota estas superficies para eliminar las indeseables manchas de oxidación.
- Vinagre y sal: Una combinación de grandes efectos para eliminar estos restos y manchas resultantes del proceso de corrosión y de oxidación de las superficies. Basta con lograr una pasta con esta mezcla de ingredientes y remojar las zonas manchadas. Dejas reposar y luego simplemente aclaras con agua.
Desde la mansión de las ideas estamos seguros de que, con esta práctica guía y con los innumerables métodos ofrecidos, podrás librarte del óxido. Además, te invitamos a aprender cómo limpiar una olla quemada, para que puedas salvar su recubrimiento antiadherente y así alargar su vida útil.
Los objetos y el proceso de oxidación
Indiferentemente del objeto metálico (ya sea una silla o una cazuela) todos están expuestos al inexorable proceso de la oxidación y más aún si no se ofrecen los necesarios cuidados y la debida atención para minimizar este proceso natural. Si bien existen metales que se caracterizan por una excelente resistencia a la oxidación, como el acero inoxidable o el aluminio, también existen otros extremadamente propensos a sufrir los embates del óxido.
Al momento de presentarse el óxido se forma una capa escamosa de color rojizo – marrón sobre toda la superficie afectada. Este es un proceso natural que se produce como reacción química involucrando el metal, el oxígeno y el agua. Los productos industrializados elaborados específicamente para limpiar las superficies oxidadas gozan de ser extremadamente costosos, de allí que los métodos caseros además de ser baratos son muy amigables con la conservación del medio ambiente.
Así que si dispones de un objeto oxidado y estás pensando en desecharlo, olvídalo, porque con los siguientes métodos puedes darle una segunda oportunidad para que lo puedas disfrutar durante mucho más tiempo, logrando una apariencia perfecta y evitando por supuesto que la corrosión y el óxido puedan apoderarse de toda la pieza.