Realmente, las puertas de chapa no tienen una intención decorativa, sino que más bien sirven para mantener la privacidad y un alto nivel de seguridad en tu hogar. Sin embargo, hay personas que aun así las quieren decorar para que no sea totalmente lisa.
En este artículo, te explicaremos por pasos cómo pintar una puerta de chapa de una manera práctica y rápida. Si quieres otorgarle un aspecto diferente a esta puerta, no te dejará indiferente lo que te contaremos a continuación.
Cómo pintar una puerta de chapa
Esta labor de bricolaje no tiene mucho misterio: cualquier persona con un poco de tiempo y voluntad lo puede hacer. Estos son los pasos que debes seguir para dejar una puerta de chapa niquelada y bien pintada:
Prepara la puerta de chapa
Lo primero es analizar la superficie o la textura de esta chapa. Si es lisa al tacto, tendrás que texturizarla antes de pintar. Dicho de otro modo, debes crear una superficie rugosa en la chapa, y para ello puedes usar papel de lija de grano alto o lana de acero, y frotar la superficie de este material.
Sin embargo, también debes tener cuidado con los surcos que hagas en el proceso de lijado, puesto que no deben ser demasiado profundos. De hecho, si se te cuela alguna mancha de óxido, puedes utilizar un taladro o un accesorio de cepillo de alambre circular para eliminarla.
Limpia la chapa y protege lo que no quieras pintar
Una superficie limpia permitirá que la pintura se adhiera mucho mejor a la superficie, además de que creará un acabado niquelado, sin fisuras. Para ello, te recomendamos rociar la chapa con vinagre blanco y extenderlo con un trapo limpio. Después, rocía la chapa con aire comprimido para acabar con el polvo y la suciedad.
Si hay áreas que no quieres pintar, cúbrelas con cinta adhesiva para no pasar la pintura por ahí. Si no lo haces, te arrepentirás. Es muy importante, por tanto, que cubras todas las zonas que no quieras decorar.
Elige la pintura adecuada para una puerta de chapa
La mejor pintura que puedes utilizar para una puerta de esta clase es un látex acrílico, sea brillante o semibrillante, a base de aceite. Es un tipo de pintura diseñada para usarse en metal, porque además es muy resistente a la oxidación y es más duradera que las tradicionales.
¡A pintar tu puerta de chapa!
Para extender la pintura por toda la superficie, lo mejor es adquirir un rodillo o una brocha. Dependiendo de la anchura y el tamaño de la puerta, tendrás que escogerlos de mayor o de menor tamaño, como es lógico.
Por último, debes aplicar dos capas y no solo una, para que la pintura se adhiera mucho mejor. La primera tiene que secarse muy bien antes de que apliques la segunda. ¡Ya lo tienes: una puerta de chapa mucho más llamativa!
¿Por qué colocar una puerta de chapa en tu hogar?
Lo hemos comentado en la introducción de este artículo, pero queremos desarrollar más la respuesta en este apartado. Si escoges una puerta de chapa para la entrada de tu hogar estarás apostando por la privacidad y la seguridad. Aportan un nivel de intimidad que no aportan otros modelos, ya que las de chapa no tienen ningún hueco que pueda mostrar lo que ocurra detrás. Si para ti esto es importante, deberías elegir una puerta de este estilo.