Con la llegada de los meses finales del año comienzan a llegar los cambios de clima, acompañados de una temperatura mucho más baja que hace que tengamos que refugiarnos en ciertos dispositivos para calentar nuestra vivienda, como es el caso de la calefacción.
El uso de esta es de lo más habitual, sobre todo en aquellas zonas en las cuales las temperaturas en invierno son bastante bajas. Pero, para que nuestra calefacción funcione a pleno rendimiento durante esta época, es necesario que previamente hayamos revisado que todos los elementos que forman parte de la misma funcionan correctamente.
En este sentido, los radiadores son uno de los dispositivos que es necesario limpiar antes de ponerlos en uso y hoy te vamos a contar cómo hacerlo porque va a depender del tipo de radiador que tengas. Así que, si quieres saber cuál es el mejor método para limpiar tu radiador, lo mejor es que continúes leyendo.
Los mejores métodos para limpiar los radiadores de tu casa
Los sistemas de calefacción se componen por distintos elementos como son las calderas de gasoil o de gas, el circuito que lleva el agua caliente y, por supuesto, los radiadores. Con respecto a estos últimos, son el elemento más visual y el que, por tanto, se ve más expuesto a la suciedad del ambiente.
Por eso es indispensable que los mantengamos bien limpios y, a continuación, vamos a explicarte los 3 pasos cruciales para limpiar tus radiadores y queden perfectos. ¡Toma nota!
1. Limpia tu radiador por dentro y por fuera
Como bien sabes, los radiadores suelen tener muchos recovecos, algunos de los cuales son bastante pequeños y resulta bastante complejo limpiar. Por eso, el primer consejo que vamos a darte es que recurras a un pequeño cepillo de cerdas finas para ayudarte durante el proceso de limpieza. Aprovecha para meter el cepillo por todos esos huecos, girándolo para llegar a las zonas que estén más escondidas.
Si utilizas un cepillo de pelo semiduro, el polvo que se haya ido acumulando en estas zonas caerá hacia el suelo y luego podrás utilizar un aspirador para recoger el exceso de suciedad que haya.
Una vez hayas quitado el polvo que estaba en la superficie, puede que te des cuenta de que aún hay suciedad residual acumulada que necesita una limpieza más profunda. Para que no te compliques demasiado, lo mejor que puedes hacer es humedecer el cepillo con una mezcla con agua y jabón
para luego pasarlo suavemente por encima de los radiadores, con cuidado de no dañarlos.
Lo realmente importante en este sentido, es que los limpies siempre con la calefacción apagada y cuando los radiadores estén fríos. Además, es importante que esperes a que estén completamente secos antes de volver a encender la calefacción.
2. Quita el óxido del radiador
Aunque no es algo que ocurra siempre, en ocasiones los radiadores suelen acumular restos de óxido que pueden perjudicar su funcionamiento y por eso es importante que los quitemos rápidamente.
Para ello, lo mejor es frotar el radiador con papel de lija o con un cepillo especial de acero que nos permita deshacernos del óxido que se ha acumulado en la zona. Eso sí, te aconsejamos que primero cubras la pared y el suelo para que no se produzcan manchas en estas zonas.
Verás como comienza a caer una especie de polvo del óxido acumulado, el cual puedes quitar con la ayuda de un secador o de un aspirador. Tendrás que repetir este proceso hasta que hayas quitado bien todo el óxido que se hubiera acumulado en los distintos radiadores de tu casa.
3. Aplica un producto para el acabado final
Para que esto no vuelva a ocurrirte o si necesitas eliminar las manchas más difíciles, puedes comprar un transformador de óxido y darle un par de manos al radiador. De esta forma evitarás que el óxido vuelva a acumularse en la superficie del mismo y conseguirás que resista mejor el paso del tiempo.
Una vez lo hayas hecho, solo tendrás que limpiarlo con alcohol desnaturalizado y darle un producto que sirva para protegerlo como puede ser la cera de abeja. No obstante, si quieres darle un toque más original y alegre, también puedes optar por pintar tu radiador con una pintura resistente al calor.
Cómo limpiar los radiadores eléctricos
Hasta ahora hemos visto cuál es la forma de limpiar los radiadores más clásicos de hierro fundido, pero, ¿qué ocurre con los radiadores eléctricos? ¿Se limpian igual?
Lo cierto es que el proceso es bastante similar. Lo primero que debemos hacer es limpiar toda la superficie con ayuda de un paño antiestático para que así el polvo se quede pegado en el mismo y no nos resulte necesario hacer uso de la aspiradora.
Es recomendable que vayamos limpiando cada poco tiempo este trapo para ir eliminando el exceso de polvo que se va acumulando en el mismo mientras limpiamos, de lo contrario podríamos ensuciar aún más la superficie y tendríamos que comenzar la tarea de nuevo.
Además, en caso de que veas alguna mancha, te recomendamos que intentes eliminarla con ayuda de una vaporeta o usando productos específicamente creados para la limpieza de radiadores que podrás encontrar en cualquier supermercado.
Finalmente, deja secar el radiador completamente o hazlo tú con ayuda de un paso que no suelte pelusa y esté completamente seco. Este paso es esencial porque, hasta que no esté seco del todo, no podrás encender de nuevo tu sistema de calefacción.
Como ves, limpiar un radiador es una tarea más sencilla de lo que puede parecer en un primer momento, siendo algo totalmente indispensable si queremos que nuestra calefacción funcione con la mayor eficiencia energética. Esperamos que este artículo te haya servido para resolver las dudas que tuvieras al respecto y recuerda llevar a cabo esta tarea antes de que llegue el frío.