Las alfombras son elementos decorativos que combinan muy bien con el mobiliario de una casa, y suelen colocarse en invierno porque, por sus materiales de fabricación, son una pequeña fuente adicional de calor.
Sin embargo, cuando llega el verano, queremos tener el suelo lo más fresco y despejado posible, por lo que las alfombras se suelen guardar. En este artículo, te explicamos cómo almacenarlas adecuadamente. Si te interesa el tema, sigue leyendo, porque no te dejará indiferente.
Cómo guardar bien una alfombra
Antes de guardarla, lo más importante es asegurarnos de que esté limpia. Con la ayuda de un aspirador, retira el polvo y los restos de suciedad acumulados. Pásalo tanto por la parte superior como por la inferior con energía. Las alfombras son tejidos muy delicados, por lo que no se pueden guardar de cualquier modo. Si no lo hacemos bien, nuestra labor de limpieza previa habrá sido totalmente inútil, porque puede acumular hongos, humedad y malos olores con el tiempo.
La alfombra debería almacenarse enrollada en horizontal para evitar que los tejidos sufran. Lo ideal es hacer un paquete donde a su vez guardemos la alfombra, como una bolsa, a fin de que no entre humedad ni gérmenes externos. Insistimos en que debe estar impecable, porque, de lo contrario, generarás sin quererlo un pequeño invernadero de bacterias. Ten mucho cuidado con esto.
Al enrollarla, no debes forzar ni siquiera el primer segmento que dobles sobre sí mismo. No pasa nada porque quede un poco de aire dentro de la alfombra, porque los tejidos no estarán tan presionados de esta manera. Para que ocupe menos espacio, puedes utilizar una sábana vieja. Colócala en el suelo y extiende la alfombra por encima, procurando siempre que se quede en el centro. A continuación, haz un rollo con la alfombra y la sábana, y de esta manera ocupará menos espacio. Dobla la sábana que sobre al enrollar la alfombra.
Para que quede mejor y no se desenrolle, te aconsejamos sujetar el rollo con una cuerda. Cuanto más larga la alfombra, más nudos debes hacer. Procura que esté totalmente atada tanto por el centro como por sus extremos. El último paso es encontrar una bolsa grande de plástico o de tela para almacenarla en algún armario o estante de tu casa. Si no sabes donde adquirir este tipo de bolsas, puedes ir a cualquier tienda de suministros o materiales de mudanza.
Lo más probable es que no conocieras este truco, pero te aseguramos que funciona. Si no cuentas con demasiado espacio en tu casa para guardar tus alfombras, aplicar este método te puede ayudar. Lo más importante es proteger las alfombras de la invasión de bacterias, microbios, bichos, malos olores, hongos… hasta la llegada del invierno. Si logras esto, realmente no importa la técnica que utilices para almacenarlas.