El sol es una fuente de energía muy potente que debemos aprovechar, ya que además es renovable. Dicho esto, te agradará saber que puedes fabricar un horno solar funcional para tu hogar solo con una caja de pizza y otros materiales que puedes encontrar fácilmente en cualquier tienda.
Si eres una persona comprometida con el medio ambiente, te recomendamos al cien por cien llevar a cabo esta manualidad, que es tan divertida y práctica que la puedes hacer hasta con tus hijos si tienes. ¡Descubre cómo sacarle partido a una simple caja de pizza para cocinar de manera sostenible!
Cómo fabricar un horno solar
El proceso no tiene mucho misterio, ni tampoco los materiales que necesitarás para llevarlo a cabo: una caja de pizza (a ser posible grande para tener más espacio), un bolígrafo o lápiz, un cúter, cinta adhesiva, una regla, una cartulina negra, plástico de cocina, un pincho de brocheta de madera y papel de aluminio. Como ves, todos son materiales muy accesibles y, de hecho, seguramente los puedas hallar en casa, sin necesidad de comprarlos. Cuando los reúnas todos, sigue estos pasos para fabricar tu horno solar casero:
Primeros preparativos de la caja
Antes de ponerte manos a la obra propiamente, debes limpiar bien la caja de pizza, de manera que no quede absolutamente ningún resto. También es importante que no tenga rajas o roturas por ninguna parte. En definitiva, la caja debe estar en el mejor estado posible si quieres que tu horno funcione a la perfección.
Cuando la hayas pulido, dibuja en su parte superior un cuadrado grande, dejando al menos 2,5 centímetros de distancia en cada borde. Esta marca te servirá como base para luego realizar los pertinentes cortes.
Corta para darle forma al horno
Utiliza el cúter para cortar las dos partes laterales y la inferior del cuadrado que previamente has trazado en la parte superior de la caja, dejando un lado sin cortar para permitir que la tapa se abra y se cierre.
Últimos retoques
Posteriormente, debes forrar el interior de la tapa con papel de aluminio, pegándolo bien para que no se mueva. Después, levanta la solapa y cubre el hueco que quede con el plástico de cocina. El interior de la caja debes forrarlo con papel de aluminio, asegurándolo con cinta aislante para que no se suelte de ninguna forma.
A continuación, pega la hoja negra en la parte inferior de forma que esté centrada, ya que funcionará como una lámina disipadora del calor. Para acabar, coloca un pincho de brocheta para que la tapa siempre se mantenga levantada y abierta en un ángulo de unos 90 grados aproximadamente. ¡Ya solo queda probarlo! Te aseguramos que te sorprenderá los buenos resultados que es capaz de obtener.