Tener un buen extractor de humos en nuestra cocina es algo indispensable en un hogar, y, por tanto, hay que elegirlo cuidadosamente. La razón es simple: es nuestro gran aliado para eliminar la grasa mediante una mezcla de evacuación y filtrado de aire.
En este artículo, te explicaremos todo lo que necesitas saber para poder elegir la mejor campana extractora posible para tu cocina. No hace falta que te vuelvas loco: simplemente ten las claves que te revelaremos en cuenta y podrás escoger un buen modelo que satisfará tus necesidades.
En qué debes fijarte para elegir la mejor campana
No hace falta ser un experto para elegir una campana extractora de buena calidad, pues basta con seguir cinco criterios concretos. En esta sección, te los explicaremos de forma sencilla para que los comprendas e interiorices bien. Allá vamos:
La potencia
Es uno de los factores fundamentales que debes tener en cuenta, pues dependiendo de la potencia del extractor de humos, tendrá más o menos poder de succión. Para saber qué potencia es la adecuada según el tamaño de tu cocina, debes medir el largo, el lancho y el alto en metros.
Cuando hayas tomado las medidas, multiplícalas, y después multiplicas el resultado por seis. Esto te dará la potencia de extracción mínima. Para que te puedas orientar mejor, la capacidad de absorción mínima ha de ser de unos 600-700 metros cúbicos.
El ruido que emita
Hay que reconocer que ninguna campana extractora es especialmente silenciosa cuando está funcionando. Sin embargo, es interesante que nos fijemos en este detalle si no queremos levantar demasiado la voz cuando nos encontremos cocinando y hablando al mismo tiempo.
El nivel normal de ruido de estos aparatos oscila entre los 50 y los 70 decibelios, así que te aconsejamos partir de esa base. Además, este criterio es fundamental si tu cocina está conectada al salón, por ejemplo.
El material del motor
Cuando vayas a elegir tu extractor de humos, presta mucha atención al tipo de motor que tenga. Es preferible que sea de hierro, ya que éste evita mucho mejor que las de plástico que la grasa, la suciedad y el polvo entren y se adhieran al interior de la campana. Aparte, en cocinas de mucho uso, es más conveniente una campana extractora con un motor de hierro.
El consumo que tenga
Lo ideal es que la campana que escojamos tenga una etiqueta de eficiencia energética situada dentro del grupo A. A pesar de que no sea un electrodoméstico que consuma mucho (una media de 0,12 kilovatios cada hora), hay que optimizarlo al máximo.
Siempre que podamos consumir menos, debemos aprovecharlo, puesto que de esta manera ahorraremos en la factura de la luz, entre otros beneficios. Por lo tanto, presta atención también a este detalle.
Su tamaño
El ancho del extractor de humos debe ser equivalente al de la placa de cocción, aunque lo más aconsejable es que sea algo más grande, pues de esta manera tendrá una mayor capacidad de absorción.
Por poner un ejemplo, si tu placa de inducción tiene un ancho de unos 70 centímetros, debes hacerte con una campana como mínimo de 90. Seguro que encuentras en internet una campana extractora ideal para la anchura de tu placa.
Los dos principales tipos de extractores
Dependiendo de la preinstalación de tu hogar y de si éste cuenta con un sistema de evacuación de humos, existen dos tipos principales de campanas extractoras, los cuales también debes conocer. Son los siguientes:
Campana por extracción
Su motor aspira los humos, olores y gases generados al cocinar. Pasan por un filtro de metal anti-grasa, el cual se puede lavar perfectamente en el lavavajillas, y el motor los expulsa al exterior mediante un tubo de salida de humos, el cual está comunicado con el de evacuación del bloque de edificios o con el de la fachada de la propiedad.
El punto positivo más importante de este tipo de campanas es su eficacia en la extracción, ya que eliminan por completo todas y cada una de las partículas en suspensión que se generan durante el cocinado.
Campana por filtro de carbono
Son los extractores más adecuados para las cocinas que no cuenten con salidas de humos ni, por tanto, con un tubo de evacuación. Aspiran y absorben los humos hacia un filtro anti-grasa que depura el aire.
Posteriormente, los conduce por un filtro desechable de carbón que absorbe los olores. Cuando este proceso finaliza, regresa el aire limpio a la cocina. Es cierto que son menos eficaces a la hora de eliminar los olores, pero algo bueno es que se pueden instalar más fácilmente que las de extracción.