Las viviendas de hoy en día no son como las de antes, puesto que ya no cuentan con pasillos largos y estrechos ni con una división catastrófica de habitaciones. Ahora las casas son más amplias, con espacios diáfanos y comunicados entre sí: una estructura más idónea para recibir visitas. Por eso hoy en día triunfan más que nunca las casas prefabricadas.
Si tu hogar es antiguo o tiene estancias con paredes muy estrechas, lo más probable es que desees que sean más grandes y espaciosas. Para ello, es necesario demolerlas y reformar desde ese punto. Lo más probable es que necesites contratar a un experto para que se encargue de la reforma, pero del primero paso, el de la demolición, puedes ocuparte tú.
Cómo demoler una pared
No es una labor excesivamente complicada: cualquiera con voluntad la puede llevar a cabo. Sin embargo, también es innegable que es muy sucia, ya que levanta mucho polvo y lo deja todo periodo. Estos son los pasos que debes seguir para aportarle un nuevo aire a tu hogar:
Antes de demoler
El primer paso es comprobar el grosor de la pared que vas a tirar abajo, pues esto te orientará acerca del trabajo que conllevará su derribo y de si se trata de un tabique o un muro de carga. Si tiene una función estructural fundamental para la vivienda, no es seguro ni aconsejable demolerla. La razón es porque forma parte del apoyo de los cimientos.
Si la habitación tiene puertas, ventanas u otros tipos de abertura, obtener las medidas será cuestión de segundos, pues se pueden obtener gracias a la anchura de las jambas: los marcos de puertas y ventanas. Si es inferior a 10 o 15 centímetros, entonces se trata de un tabique, y por ende puede ser demolido.
Si no encuentras la manera de calcular el grosor a simple vista, un truco que puedes aplicar es golpear la pared con la base del puño. Si el sonido es hueco, es muy probable que se trate de un tabique. Sin embargo, si tienes dudas, consúltalo con un profesional antes de ponerte manos a la obra.
Cuando sepas qué pared puedes tirar, delimita la zona donde trabajarás los próximos días. Vacía la estancia, guarda o tapa todo lo que hay dentro y cubre todo el suelo con papel de periódico o plásticos para protegerlo. También es muy importante quitar el contacto de la corriente eléctrica de toda la casa. De lo contrario, podría producirse un cortocircuito que podría causarte daños severos.
El atuendo ideal
No puedes demoler una pared vestido de estar por casa. Tienes que pensar que van a caer trozos de pared que se van a romper, y que además van a producir polvareda. Te recomendamos comprar mascarilla, gafas, casco y guantes protectores: productos que podrás encontrar en cualquier tienda de bricolaje.
El proceso de demolición
Si piensas que consiste en pegar mazazos a un muro para liberar el estrés, no puedes estar más equivocado. Debes tener mucho cuidado. En primer lugar, tienes que realizar un corte en los distintos ángulos que unen el tabique que quieres derribar con el resto de las paredes. De esta forma, evitarás que la pintura pueda rasgarse. Comienza siempre por la parte superior para asegurarte de que no se desprenda parte de la pared por el peso de los ladrillos y te aplaste.
Para acabar con las piezas más grandes, utiliza una sierra de vaivén. Con ella, podrás cortar verticalmente la superficie de la pared. Hazlo de arriba abajo, entre los postes. Para retirar los clavos de las vigas que encuentres, utiliza un martillo. Rompe todos los bloques de pared y yeso entre los postes, y deja unos centímetros en la parte inferior, entre el suelo y la pared.
Lo más recomendable es derribar la pared del centro hacia fuera para evitar problemas. Cuando ya esté derruida, agarra las varillas o postes superiores para alejarlos de la parte superior. Repite el movimiento con las varillas cortas y deja ambas superficies sin clavos. Por último, asegúrate de que la parte superior de la pared ha quedado a ras con el muro y repite el proceso con la parte inferior. Retira todo el material y ya estará listo tu espacio abierto.
Cuando hayas echado abajo el tabique, es indispensable colocar un dintel para sostener la pared, que se habrá debilitado al abrirla. La mayor parte de las vigas fabricadas para este fin del mercado son metálicas o prefabricadas en hormigón, y deberán ir incrustadas dentro del muro al menos unos 15 centímetros. Sin embargo, esta medida será mayor cuanto más grande sea el espacio abierto en el muro.