Los tonos oscuros de la madera pueden tornarse aburridos con el tiempo, y por eso hay muchas personas que deciden darle un toque más claro. Una buena manera de hacer eso es blanquear la madera, una técnica que sirve tanto para embellecer nuestros muebles como para aportarles una capa de protección.
Si eres un aficionado al bricolaje, no te resultará difícil decorar tu mobiliario de esta manera. En este artículo, te daremos las claves para hacerlo de la mejor manera posible. ¡Dales otro color a tus muebles!
Cómo blanquear la madera
No solo es que los colores oscuros al final acaben siendo monótonos y aburridos, sino que además aportan a los muebles una apariencia más pesada, sobre todo si se encuentran en habitaciones bien iluminadas. Por ese motivo, en esta sección te explicaremos cómo blanquearlos, para añadirles la luminosidad que necesitan:
Utiliza agua oxigenada
Es uno de los métodos más simples y efectivos, y por ello es uno de los más utilizados. Como tiene una gran capacidad de vaporización, el agua oxigenada puede aplicarse a todo tipo de madera sin tener que enjuagar después. Lo primero que debes hacer antes de echarla, sin embargo, es lijar bien la superficie del mueble para eliminar impurezas. Solo entonces podrás ponerte manos a la obra.
Mezcla tres partes de agua oxigenada con una de amoniaco, esparce dicha mezcla sobre la zona que quieras tratar y frota la superficie con un trapo. Elige un paño que no sea de algodón, porque, de lo contrario, se deshará. Deja que la solución se evapore y pásale un trapo humedecido en alcohol. Por último, si ves que no has logrado el resultado deseado, repite el proceso después de unas horas. De todas formas, es muy raro que no funcione.
Echa zumo de limón
Un remedio casero muy efectivo es echar una mezcla de aceite vegetal y zumo de limón. Solo tienes que combinar estos dos ingredientes en un recipiente, humedecer una esponja para cera o de acero con la mezcla y frotar la parte afectada del mueble con fuerza. Una vez aplicada, deja que actúe durante alrededor de 15 minutos. Cuando se haya secado, solo te quedará retirar el exceso de limón y aceite ayudándote de un trapo seco.
Usa lejía
Este producto de limpieza es uno de los blanqueantes más económicos que existen. Sin embargo, con este método hay que tener mucho cuidado, porque no debemos utilizar lejía pura y tenemos que echar la cantidad justa y necesaria para que el mueble no amarillee. Teniendo estos detalles en cuenta, el proceso es bastante simple. Cualquier persona lo puede hacer sin mayor dificultad.
Lo primero que debes hacer es diluir la lejía en agua, teniendo en cuenta que, cuanta más agua eches al cubo o al recipiente en cuestión, menor poder blanqueador tendrá el producto de limpieza. Después, utiliza una brocha para aplicar la mezcla al mueble y, por último, repite y repasa alguna zona concreta si es necesario. ¡Listo! Estos tres métodos te ayudarán a blanquear tu mobiliario para darles un toque más elegante y llamativo. ¡Mucha suerte con ello!