Ya sea por la humedad, por movimientos de tierra o simplemente por el paso del tiempo, lo cierto es que en algunas ocasiones las paredes de nuestro hogar, al igual que el techo, pueden agrietarse. Sin embargo, no debes preocuparte lo más mínimo, porque no es un problema que no tenga solución.
De hecho, si las grietas de nuestra casa no son excesivamente grandes, podemos arreglarlas por nuestra cuenta sin necesidad de contratar a un técnico o a un especialista. A continuación, te enseñaremos cómo hacerlo de la manera más práctica posible.
Tapar pequeñas grietas en paredes de yeso
Si deseas pintar las paredes fabricadas en yeso, debes asegurarte de que estén impecables antes de aplicar la pintura. Eso incluye retirar todos los restos de suciedad y tapar todas las pequeñas grietas o roturas que puedas encontrar. Solo así conseguirás un buen acabado. El proceso es muy sencillo: utiliza una espátula y, con el pico, agranda la grieta con el fin de retirar todo el yeso que no esté firme. Después, limpia el polvo que quede dentro ayudándote de una brocha seca.
El siguiente paso es pulverizar un poco de agua sobre la rotura, para después poner un poco de pasta sobre la espátula y aplicarla en varias capas finas. No la apliques de una sola vez porque, de lo contrario, seguramente la capa se despegue fácilmente de la grieta al secarse. Cuando estén secas las capas que hayas aplicado, remata la faena con un taco de lija para nivelarlas con la pared.
Reparar grietas superficiales en paredes de hormigón
Lo primero que tienes que hacer es retirar el cemento dañado con ayuda de un cincel y un martillo. Seguramente provoques un estropicio, pero se puede recoger fácilmente con ayuda de un cepillo de alambre, una escoba y una aspiradora. Las dos primeras herramientas se utilizan para eliminar los restos del interior y la aspiradora para recogerlos después, cuando ya hayan caído al suelo.
Posteriormente, debes preparar la mezcla de reparación siguiendo las instrucciones del paquete de masilla que tienes que haber adquirido con anterioridad; aunque si compras concreto listo para usar, no te hará falta preparar nada. Por último, utiliza una espátula para aplicar la masilla sobre la grieta que quieres tapar, llenando primero el fondo empujando hacia abajo para eliminar las burbujas de aire. El último paso es dejar secar el concreto para después aplicar un sellador, preferiblemente de poliuretano hecho con agua, con un rodillo.
Arreglar grietas más profundas
Las grietas más finas y pequeñas, como las que hemos tratado en los apartados anteriores, las puedes arreglar por tu cuenta sin el menor de los problemas. No obstante, cuando hablamos de roturas profundas y considerables que pueden suponer un riesgo para la estabilidad de la vivienda, debemos contratar obligatoriamente a un especialista para que lleve a cabo la reparación pertinente.
En cualquier caso, si sigues el anterior método, que es el más práctico para retirar las grietas más pequeñas y superficiales, necesitarás pintar de nuevo los espacios que queden después de la reparación. En cualquier tienda especializada de bricolaje encontrarás productos específicos para arreglar grietas, además de pinturas diseñadas para aplicarse en las paredes. Esperamos que lo que te hayamos contado en este artículo te haya servido de ayuda.