A la hora de lavar tejidos blancos y atacar suciedad y marcas persistentes, lo primero que se nos pasa por la mente usar es lejía ¿Cierto? Lamento informarte que no es una decisión inteligente, y que existen productos de limpieza mucho más eficaces y seguros para esta tarea. Uno de ellos: el peróxido de hidrógeno, mejor conocido como la infalible “agua oxigenada”.
Si estás aquí buscando alternativas a las sustancias químicas tóxicas y nocivas —y bastante caras— ¡Estás en el sitio correcto! Hoy te contaré uno de mis trucos favoritos para blanquear tela con peróxido de hidrógeno y sin cloro y obtener resultados relucientes en prendas de vestir, ropa de cama, toallas ¡E incluso en tus tenis!
Cómo blanquear con agua oxigenada en 3 pasos
Sí, sé lo que estás pensando. El peróxido de hidrógeno que comúnmente venden en la farmacia es de 3 y 6% y es utilizado para desinfectar heridas, entonces ¿Cómo podría limpiar telas? Yo también tenía esa misma interrogante dando vueltas en la mente y la respuesta a ello es que su poder blanqueador depende de la composición. Esto quiere decir que debes comprar agua oxigenada con una concentración de 9, 30, 35 y hasta 50% para que sus propiedades limpiadoras sean aún más efectivas. Una vez lo tengas a la mano, ¡es momento de ponerse manos a la obra!
- Lo primero que debes hacer para blanquear ropa blanca que se ha vuelto amarillenta o grisácea, es llenar un cubo con agua templada y agregar 2 tazas de agua oxigenada.
- Sumerge la prenda en cuestión y déjala en remojo por 1 o 2 horas dependiendo de la persistencia de la mancha.
- Pasado este tiempo, lávala como de costumbre a mano o en lavadora y cuélgala al sol por un par de horas.
Ahora bien, si quieres lavar una colada entera de ropa blanca que se ha opacado o deslucido, agrega una taza de agua oxigenada a la lavadora junto al detergente de uso común. Esto servirá para blanquear y para darle un mantenimiento pertinente al color en cada ciclo de lavado.
¿Cómo eliminar manchas con peróxido de hidrógeno?
Si se trata de manchas puntuales como las causadas por tinta, café o incluso sangre de heridas o menstruación —que a todas nos ha pasado al dormir y se traspasa hasta el colchón—, la clave para desaparecer la marca reciente es emplear peróxido de hidrógeno directamente con una esponja, paño limpio de algodón o una gaza.
Si la mancha es antigua, actúa con un limpiador casero de bicarbonato y agua oxigenada en forma de pasta, aplícalo sobre la zona que desees blanquear y frota con movimientos circulares para ayudar a que se desprenda con facilidad, espera que actúe por 20 minutos y luego aclara con agua tibia.
Ahora lo sabes. El blanqueador de cloro es un químico bastante agresivo, capaz de irritar piel, ojos y vías respiratorias, que puede ser reemplazado por esta sustancia asequible con propiedades antisépticas, antibacterianas y antioxidantes capaces de acabar con microorganismos patógenos al liberar agua y oxígeno en su lugar. ¡Dile adiós a la tela blanca manchada!