Piña, kiwi, manzana, mango, coco, arándanos, pasas, orejones… Cada vez es mayor la oferta de fruta deshidratada que encontramos en tiendas, herbolarios y supermercados. Están deliciosas, son fáciles de llevar en el bolso a modo de tentempié y realmente son muy saludables. Ojo, sí, son fantásticas para tener ese descanso en mitad de la mañana y picar un alimento bueno para la salud. Sin embargo, como con todo, hay que tomarlas sin abusar…
Las frutas deshidratadas llevan un tiempo con la etiqueta de ser una comida que engorda. ¿Verdad o mentira? ¿Realidad o falso mito? En este post queremos poner de relieve este tipo de alimentos cada vez más de moda. Expertos destacan que la clave está en que en ese proceso de deshidratado no se pierden propiedades. Podría hasta decirse que todo lo contrario: se concentran en piezas más pequeñas, que son las resultantes de ese sistema.
Mentiras sobre las frutas deshidratadas
Dicho esto, nos parece especialmente interesante empezar comentando qué hay de falso en las creencias en relación a estos alimentos. Una de las más extendidas es la que señala que las frutas deshidratadas son menos saludables y nutritivas que la fruta fresca. Sin embargo, esto no es verdad en absoluto. El proceso de deshidratación conlleva un secado de la comida para eliminar el agua y este era un sistema que se empezó a hacer para poder conservar más tiempo la fruta.
Se ha demostrado que con ese sistema las frutas no solo no dejan propiedades por el camino, sino que ofrecen al consumir un concentrado de esos minerales, vitaminas y azúcares naturales que hacen de estos alimentos algo realmente valioso para el organismo. Los aportes que ofrecen las deshidratadas en relación a las frescas son básicamente los mismos, solo que facilitan el transporte, su consumo y se concentra en frutas pequeñitas para tomar como tentempié.
Probablemente la otra leyenda urbana que circula con mayor fuerza hace referencia a las calorías que aportan las frutas deshidratadas. Se comenta que suelen engordar más y de nuevo hay que dejar a un lado esa falsa creencia. Son concentrados, repetimos, por lo que lejos de engordar más lo que ocurre es que generan una sensación de saciedad importante. Por supuesto, si se toma en exceso, claro que podría contribuir a aumentar de peso pero eso sucede igual con el resto de alimentos.
Para que no se de ese efecto de subida de peso hay que conocer los límites al comer frutas deshidratadas. Los expertos señalan que, diariamente, en torno a 25-50 gramos, lo que podría suponer un máximo de 70 calorías. Está bien, ¿verdad? Pensemos que son pequeños bocados muy saludables, saciantes, normalmente con importante aporte de fibra que ayuda a regular el tránsito intestinal y a favorecer el funcionamiento general del organismo, así que a por ellas.
Verdades sobre las frutas deshidratadas
Teniendo en cuenta lo anterior, es de lógica señalar que estamos ante un alimento recomendable, por supuesto, pero eso no debe llevarnos a pensar que son sustitutos de las comidas principales. Lo que sí sucede es que nos abre una puerta al picar entre horas de manera saludable, pero sin abusar. Cierto es que tienen un alto contenido en calorías, un aporte importante, dado por lógica por la concentración de la fruta, así que a comerlas con tacto y con sentido común.
Otra verdad a todas luces es esa en relación a qué tipo de fruta se puede deshidratar y si todas están buenas, si son comestibles. En teoría cualquier fruta se podría deshidratar, eso seguro, pero claro… El resultado puede no ser siempre satisfactorio. Lo mejor es dejarse llevar por los gustos de cada uno. Hay gente a la que le encantan las fresas o melocotones deshidratados y otros optan por manzanas, kiwis o frambuesas. Hay gran variedad para elegir y eso es lo importante.
¿Y en qué momento del día es mejor comer estos alimentos? Probablemente por las mañanas sea mejor, pues estamos en plena jornada y vamos a ir quemando las calorías que vayamos a ingerir. Evita en la cena y sobre todo esos momentos de ansiedad en los que puede que nuestro cuerpo nos pida un plus de azúcar. Lo dicho, del abuso los kilos de más, así que ten lejos estas frutas deshidratadas si estás teniendo una jornada compleja. En esos casos mejor optar por otros tentempiés.
Suma y sigue en esta lista de maneras, verdades y propiedades de consumir esta comida. Las frutas deshidratadas han ido poniéndose en el foco de los deportistas y las personas que necesitan buenas dosis de energía. Y es que esa concentración de propiedades de la fruta en sí, de la fruta fresca, hace que sean una auténtica bomba energética, un snack recomendable tanto para quienes llevan una vida activa como para los peques de la casa. ¡Les suele encantar!
Un gran beneficio es que estamos ante una gran fuente de antioxidantes. Estas frutas suelen concentrar los polifenoles que se dan de manera natural en los alimentos de los que parten y eso es clave para mejorar la circulación y el flujo sanguíneo. SLo notarás por dentro y por fuera así que no dudes en tener siempre a mano alguna bolsita en casa o en la mochila para poder picar cuando aparezca el apetito.
El efecto saciante y lo que ayuda a regular el tránsito intestinal es otra gran verdad sobre este alimento. Si te cuesta ir al baño, la fruta deshidratada, gracias a que son ricas en fibras, te ayudará a mejorar problemas y cuadros de estreñimiento. Combina siempre la dieta con ejercicio físico y comprobarás que todo cambia y vas de manera más regular al aseo.
Lo mejor de la fruta deshidratada es que se puede consumir en cualquier momento y en cualquier lugar. Se encuentran bolsitas tipo snack para facilitar el transporte. Se añade además a recetas dulces y saladas, a pasteles, bizcochos y tartas, dándoles un toque único. Esto te permitirá poder tomar algo dulce sin que la báscula note que igual te has dejado caer en la tentación, así que adelante. Fruta deshidratada para picar y siempre, como todo, con cierta moderación, sin abusar.
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