Es muy frecuente que compremos uvas de más cuando preparamos la fiesta de Nochevieja. Siempre prensamos en que puede aparecer más gente de la cuenta y no queremos que nadie se quede sin sus uvas de la suerte. Al final, siempre sobran uvas y hay que buscar qué hacer con ellas.
La uva es una fruta muy rica en agua además de aportar algunos hidratos de carbono (17%) fácilmente asimilables, como glucosa, fructosa, sacarosa, dextrosa y levulosa, lo que hace de este alimento una estupenda fuente de energía. No tires las uvas sobrantes, aprovecha para preparar algunos platos deliciosos, saludables y creativos.
Cinco recetas para aprovechar las uvas sobrantes
Otro año que compramos más uvas de las que necesitamos. Pero es que entre las ofertas de los supermercados y el miedo a quedarnos cortos, cualquiera se la juega. Como suele decirse, mejor que sobre a que falte. Sobre todo porque aquí lo que traemos hoy es la solución para no tener que atiborrarte de uvas durante medio enero y, sin embargo, no desperdiciar una fruta tan agradable y con tantas posibilidades en cocina. Te contamos las ideas para cocinar con las uvas sobrantes de la noche de Fin de Año que más nos gustan.
Ideal en ensaladas.
La mayoría de frutas y verduras suelen combinar muy bien en platos frescos. En el caso de las uvas, debido a su textura suave, su dulzor y frescura, resulta en un ingrediente que enriquece mucho un bol de ensalada. Recomendamos usar las uvas con una base de hojas verdes que no sea la típica lechuga, por ejemplo rucula, que va muy bien con la piel crujiente de la uva, y añadir algún otro elemento con un contrapunto más amargo, como rábanos, canónigos o piñones. Recuerda enjuagar bien todos los ingredientes y corta los rábanos en láminas muy finas. Una ensalada de uvas es justo lo que necesitas para recuperar los hábitos de alimentación saludable después de tantas fiestas y comilonas.
Zumo casero de uva
Si lo que queremos es aprovechar todos los beneficios de la fruta, lo recomendable es tomar la pieza al natural. Pero aquí estamos hablando de alternartivas para no hartarnos de uvas durante varios días. Una forma muy apetecible de tomar fruta es en zumos. Si te ha sobrado un buen racimo de uvas, estás de enhorabuena porque puedes preparar tu propio zumo casero, sin los azúcares industriales, mucho más saludable. Si mezcla las uvas con manzanas tendrás un resultado delicioso, ambas son frutas muy dulces y ricas en agua. Aunque si queremos algo que nos deje mayor sensación de saciedad, también podemos añadir leche o una fruta más consistente como el plátano para transformar el zumo en un smothy casero.
Sopa con uvas y algunas almendras
La sopa de uvas y almendras es una plato frío que te sorprenderá. Este plato, que pueden comer también las personas que no coman carne o productos de procedencia animal, es muy fácil de elaborar y, como consejo, está más bueno si lo dejas reposar durante la noche y lo tomas al día siguiente de su preparación. Necesitarás unos 300 gramos uvas blancas sin semilla, una rebanada de pan de molde cortado en trozos, una taza y cuarto de caldo de verduras, un ajo, 100 gramos almendras sin piel, una cucharada vinagre de manzana y un cuarto de taza aceite de oliva. Solo tienes que verter estos ingredientes en el vaso de la licuadora y batir hasta que quede un puré homogéneo.
De picoteo, Bruschetta con Camembert y uvas al horno
Esta Bruschetta que queda genial como entrante o como parte de una cena de picoteo, puede hacerse con varios quesos, según nuestro gusto. Si te gustan contrastes más destacados, prueba con un queso gorgonzola, y si te van sabores más suaves, puedes optar por un queso fresco. Con el Camembert combina muy bien tanto el sabor en contraste con el dulce de la uva, como en la textura, aportando suavidad a bocado crujiente de la piel de la uva. Para prepararla solo vas a necesitar unas 20 uvas de las que nos han sobrado de la Nochevieja, cuatro rebanadas de pan de hogaza o pan rústico, 120 gramos del queso que hayamos elegido y un poco de tomillo, aceite de oliva virgen extra y pimienta negra para darle un ligero aliñado.
Para su elaboración, precalentamos el horno a 190ºC. Lavamos las uvas y las ponemos en una bandeja refractaria y le añadimos cuatro ramitas de tomillo y aceite de oliva. Horneamos las uvas durante diez minutos o hasta que parezca que se van a abrir y las dejamos reservadas para que se vayan templando. Después, en el pan untamos el aceite de oliva, colocamos las rebanadas en otra bandeja de horno y distribuimos el queso cortado por encima y horneamos hasta que veamos que el queso comienza a derretirse. Finalmente, sacamos el pan del horno, añadimos las uvas por encima del queso, una ramita de tomillo y una pizca de pimienta rosa y las servimos mientras aún están calientes.
Un plato vegetariano de uvas y verduras al horno
Las uvas al horno son una opción deliciosa. Añadimos algún aderezo como buen aceite de oliva virgen extra, salsa de soja, mostaza, vinagre o miel, y hierbas y especias. Las uvas se caramelizarán en sus propios azúcares e intensifican tanto su sabor como el de las verduras con las que las combines. Hornea las uvas por un lado y las verduras por otro y luego añade las uvas por encima del salteado de verduras que hayas preparado. El resultado es invreíble. Recomendamos utilizar verduras con un sabor que tienda al amargo para que haga contraste con el dulce de las uvas horneadas.
El plato fuerte, pon uvas en tus asados
Casi todo el mundo tiene su propia receta de pollo al horno. Puedes hornear en pollo con patatas, cebolla, ajos, setas, vino tinto… La variedad es muy amplia. Pero a tu receta de pollo al horno puedes darle un toque de lo más especial con unas uvas. En lugar de añadirlas a la guarnición, te proponemos que las uses como relleno de un pollo entero, mezclándolas con otras frutas frescas o setas, ajos o cebolleta o unas hierbas aromáticas. Rellena el pollo con el combinado, añade tu guarnición favorita y al horno.
La tradición de las uvas
Las doce uvas son una tradición española que también han heredado algunas zonas de Portugal y América Latina. Si has pasado algún fin de año fuera de España, seguramente, las hayas echado en falta. Parece que la teoría más plausible sobre su origen se encuentra en el Alicante de 1909, cuando una abundante cosecha de la vid de ese año provocó un gran excedente del producto, por lo que los productores decidieron promocionar las 12 uvas de la suerte de Año Nuevo, una por cada mes del año. Parece que el problema del excedente en las uvas de Nochevieja, también se han convertido en una tradición.