El curso escolar dura más o menos tres cuartas partes del año completo. Unos nueve meses en los que hacen una comida diaria a media mañana y que es clave en sus hábitos de alimentación. Aprovechar la comida del recreo para inculcarles hábitos saludables también es una parte importante de su educación que le reportará beneficios durante toda la niñez y en el futuro.
Muchos niños y niñas suelen llevar un dulce o un bocadillo de pan industrial con foie o embutidos. Estos son hábitos de alimentación poco recomendables y muy poco eficientes, ya que además de no aportarles los nutrientes necesarios, vuelven a tener hambre pasado poco tiempo.
Un desayuno completo para el recreo
La OMS nos recuerda cada año la importancia de una alimentación completa y equilibrada en los niños y niñas, especialmente durante los meses de invierno. El recreo del colegio tiene algo muy beneficioso para los hábitos de alimentación de los más peques de la casa, ya que hace que cumplan, sin olvidarse nunca, de hacer una comida entre el desayuno, que deben tomar en casa antes de salir, y el almuerzo. Con lo que para antes de la merienda ya habrán cumplido con tres de las cinco comidas diarias recomendadas. Esto tenemos que aprovecharlo.
La comida a media mañana en el colegio es una oportunidad estupenda de que tomen una porción de los nutrientes necesarios para un buen desarrollo en su crecimiento. Además, está demostrado que una alimentación enfocada a optimizar las funciones del cuerpo humano tiene notables mejoras sobre el proceso de aprendizaje de los escolares. Por supuesto, no deben faltar verduras, frutas y cereales y debemos dejar a un lado la bollería industrial y el pan precocinado.
¿Qué debe haber en la fiambrera para el recreo?
En una comida que tiene como principal función defender el cuerpo de tus hijos del frío de los meses de invierno, es imprescindible alimentos que contengan vitamina C y D, que son las responsables de fortalecer nuestras defensas y reponer nuestro sistema inmune. Estas se pueden encontrar con facilidad en muchas frutas. Entre las que más aportación de estas vitaminas tienen, pueden elegir mandarinas o naranjas, pero también están en la guayaba, el aguacate, el kiwi, la uva o las fresas. Recuerda que siempre es preferible buscar entre las frutas de temporada. La aportación de las vitaminas presentes en estas frutas, nos ahorrarán más de un catarro, con lo que también evitaremos así que pierdan días de clase por enfermedad.
Otro nutriente que va ayudar a tu hijo o a tu hija a estar bien en el colegio son las proteínas. Las proteínas aportan energía al organismo y realizan la mayor parte del trabajo en las células. Son además necesarias para la estructura, función y regulación de los tejidos y órganos del cuerpo, con lo que cumplen una labor fundamental en el desarrollo del cuerpo durante los primeros años. Las proteínas se encuentran en la carne, el pescado y en algunos cereales. Para que forme parte de un desayuno completo, no olvides meter en su fiambrera un sandwich de pan integral o de semillas con pechuga de pavo y unas rodajas de tomate natural. Otro alimento rico en proteínas es el huevo, así que algunos días puedes cambiar el sandwich por una tortilla francesa o también puedes optar otras veces por una ensalada de pollo que le aporte carne y verduras.
Completa sus desayunos del cole con verduras y cereales
En la mayoría de los centros escolares hay al menos un descanso de las clases cercano o pasado el mediodía. Al rededor de las 12:00 h. Por ello, también es muy buena opción incluir en su menú algún cereal, como el arroz integral, la quinoa o avena. Después de haber desayunado en casa, un poco de arroz integral con pollo, acompañado de algunas verduras crudas —aportan vitaminas y minerales—, como la zanahoria, y una pieza de fruta, resulta en una comida a media mañana equilibrada y con muchas propiedades nutritivas.
Los cereales son una gran ayuda para el crecimiento del cuerpo humano. Proporcionan energía y trabaja junto a las proteínas vegetales para crear proteínas de alto valor biológico, ayudándolas a que realicen su función. Aunque los cereales suelen ser beneficiosos en la mayor parte de sus aportaciones al organismo, lo mejor siempre es apostar por los cereales integrales, ya que resultan más saludables y aportan más fibra que los que no lo son.
Un aporte extra de energía: los frutos secos
Los frutos secos son una de las fuentes de energía más reconocidas para el cuerpo. Además este tipo de alimentos tienen propiedades antioxidantes y según la tipología pueden ser especialmente beneficiosos para órganos o partes específicas del organismo. Incluir alguna ración de frutos secos a lo largo de la semana es muy nutritivo y les dará la energía extra que necesitan y que acaban buscando en las poco convenientes bebidas azucaradas. Los frutos secos además son ricos en omega 3 —fortalece su capacidad neuronal— y omega 6 —ayuda a la función de todas las células del cuerpo—. Una muy buena forma de integrar los frutos secos en su dieta es en formato crema para comer con las verduras crudas.
Como es de suponer, no se trata de meter todos estas comidas al mismo tiempo en la fiambrera. Es conveniente que esta conste de varios espacios para los distintos grupo de alimentos. Así, frutas y verduras si deberían ser el acompañamiento fijo e incluir una porción de cada una todos los días. Estas harán de acompañamiento y postre para platos que puedes ir alternando entre los cereales integrales, la carne, ensaladas con atún, tortillas, sandwiches de pavo. etc.
De esta manera tan sencilla, podrás estar segura de aunque durante la mayor parte del años hacen una comida diaria fuera de casa, están siguiendo unas pautas de alimentación muy saludables, cuentas con la tranquilidad de que estarán alimentados todo el día y podrán cumplir con todas sus raciones de fruta y verdura.