Muchas personas cuestionan la afirmación que indica que la sandia contiene mucha azúcar, mientras otras la dan como un hecho. Para despejar esta incógnita es mejor recurrir a la ciencia, e indagar el contenido de fructuosa y glucosa que tiene esta fruta, y que efectos positivos y negativos producen su consumo. En las siguientes líneas desarrollamos este tema, que es interesante para todos aquellos que cuidan su alimentación.
La sandía, como ya indicamos en la introducción, contiene dos tipos de azúcar:
- Es un tipo de azúcar o carbohidrato hidrosoluble, que el organismo emplea como su principal fuente de energía. Se adsorbe en el intestino, de donde pasa directamente a la sangre.
- Fructosa (o levulosa). Es otro tipo de azúcar hidrosoluble, que está contenida en casi todas las frutas, y de allí su nombre. Igualmente se adsorbe en el intestino, de donde es llevado al hígado, para convertirla en glucosa.
Resulta interesante que la unión química de una unidad de cada de las dos sustancias edulcorantes antes señaladas da origen a la sacarosa. Esta última sustancia es la azúcar de mesa, que principalmente se extrae a partir de la caña dulce.
¿Es verdad que la sandia contiene mucha azúcar?
Para responder a esta pregunta, debes en principio conocer que esta fruta contiene en peso un 3,5% de fructosa y 1,5% de glucosa, por lo que su contenido de azúcar es del 5,0%. En contraparte, el mango presenta un contenido de azúcar del 14% y el dátil del 63%, lo que hace que comparativamente la sandía sea baja en azúcar.
Resalta que más del 70% del contenido de azúcar corresponde a la fructosa, azúcar más saludable que la glucosa o la sacarosa. Sin embargo, el consumo elevado de este tipo de carbohidrato tampoco es recomendable, ya que ello reduce los niveles de la leptina. Y ello aumenta el apetito, induciendo al organismo a ingerir más alimentos, y si aquellos contienen a su vez fructosa, se crea un círculo vicioso, que tienda a aumenta el peso corporal.
Entonces queda claro que si bien es mentira que la sandia contiene mucha azúcar, tampoco resulta saludable consumirla en excesiva cantidad. Pero su ingesta regular y dosificada trae beneficios a la salud, incluso para quienes sufren de diabetes.