Podríamos decir que la alcachofa es una de las verduras más consumidas en las dietas para adelgazar. Y es que no es para menos. Este alimento posee una gran cantidad de agua y un alto porcentaje en fibra, los cuales son los encargados de que esta planta tenga un gran efecto saciante. Pero, a pesar de todos los beneficios que puede aportarle a nuestro organismo, hay que tener mucho cuidado con su consumo excesivo ya que, en vez de beneficiarnos, podría causarnos efectos contraproducentes en nuestro cuerpo, tal como veremos a continuación.
Beneficios de la alcachofa
Antes de meternos de lleno a explicar sus contraindicaciones, nos gustaría resaltar todo lo bueno que la alcachofa puede ofrecerte. Como te hemos comentado, esta verdura es buenísima para depurar el organismo ya que tiene un gran efecto diurético, es rica en fibra, tiene muy pocas calorías, es muy saciante, solo tiene un 1% de materia grasa, mejora el tránsito intestinal y es perfecta para acabar con la retención de líquidos.
Además de tener todos estos beneficios, esta planta tiene un alto contenido en vitaminas A, B, C y E y minerales como potasio, calcio, magnesio, fósforo, hierro y zinc. Añadir también que puedes comerte tanto su tallo como sus hojas, es muy fácil de cocinar y muy versátil ya que puedes incluirla en todo tipo de recetas. Pero, eso sí, te recomendamos que evites comerla por la noche antes de irte a dormir.
¿Quién no puede comer alcachofas?
En general, la alcachofa es un alimento que puede ser consumido por cualquier persona, aunque su consumo no es recomendado en personas con problemas digestivos o que presenten las siguientes patologías:
- Personas que estén siguiendo una dieta baja en FODMAPs
- Personas con disbiosis intestinal, síndrome del intestino irritable, enfermedad de Crohn o permeabilidad intestinal
- Personas con piedras en la vesícula porque les aumentaría la producción de bilis
- Personas que estén tomando medicamentos para reducir la presión arterial
- Niños menores de tres años porque podría producirles indigestión
Además, también hay algunos casos especiales que destacar. Por ejemplo, aquellas personas que tengan tendencia a tener piedras en el riñón deberían llevar a cabo un consumo responsable de este alimento. No queremos decir que lo eliminen radicalmente de su dieta, pero sí que lo consuman con moderación. Las mujeres embarazadas pueden comerlas sin problemas, aunque deberían dejar de consumirlas en período de lactancia ya que esta verdura puede reducir la producción de leche materna.
Contraindicaciones de comer muchas alcachofas
Si no sufres ninguna de las patologías anteriormente mencionadas, puedes llevar un consumo moderado de alcachofas en tu dieta pero ten siempre presente que no debes abusar de ellas. Lo recomendable es consumir una ración de alcachofas dos o tres veces a la semana ya sean hervidas, al vapor, al horno, en tortilla, etc. Lo ideal sería llevar una alimentación variada y consumir de todo un poco. Por ejemplo, otros alimentos con beneficios similares a los de las alcachofas son las espinacas o el calabacín, así que podrías ir combinándolos en tus comidas.
Lo malo de comer muchas alcachofas es que estas tienen mucha fibra y un exceso de fibra en nuestro organismo hace que la digestión sea más lenta y mucho más pesada. Como consecuencia, el vientre se te hinchará muchísimo, tendrás mucha flatulencia y gases e, incluso, dolores estomacales. Además, también irás muchas más veces al baño por su efecto diurético, por eso, no te recomendamos que las comas durante la cena porque entre los gases que te puede producir y el tener que levantarte a mitad de la noche para ir al baño, vas a tener un mal descanso.