El salón será en 2023 una estancia cómoda y acogedora, pero también tendrá un toque de glamur. Las tapicerías cobran protagonismo y triunfa una decoración minimalista, aunque con elementos siempre funcionales que aportan calidez. Lámparas grandes, muebles de madera, algún toque vintage y, sobre todo, formas curvas acabarán de dar forma a nuestros salones.
Los hogares son ahora, más que nunca, lugares para vivir, para pasar tiempo de calidad y para relajarse. Y en ellos es salón es protagonista. Por eso, las tendencias en decoración apuestan por crear una estancia equilibrada, que favorezca el bienestar y esos momentos relajados que nos merecemos al llegar a casa. El resultado es una estancia que abraza, que invita a la tranquilidad sin perder por ello estilo.
Las curvas: las grandes protagonistas del salón en 2023
La tendencia bold no es nada nuevo. Hace ya un par de temporadas que empezó a introducirse en la decoración del hogar. Pero este es el año de las líneas orgánicas y sinuosas. Son líneas que dan un toque de elegancia al salón pero sobre todo que envuelven, que protegen y que aportan comodidad. Esas líneas sinuosas dan un toque de dinamismo, pero también armonizan los espacios y nos acercan a la naturaleza, convirtiendo la estancia en un pequeño oasis.
¿Cómo se introducen esas curvas en la decoración del salón? Por supuesto, en sofás, sillones y butacas. Pero también en muebles auxiliares, en lámparas, el alfombras y en todo tipo de accesorios decorativos. Otros muebles mantienen las líneas rectas, pero pierden aristas y suavizan los bordes para armonizar con el conjunto.
También los textiles cobran protagonismo
En consonancia con ese mobiliario que envuelve y abraza, los tejidos del salón que protagonizarán 2023 son tejidos cálidos, mullidos y suaves que también aportan textura, como la pana, el borreguito, el bouclé o el algodón orgánico. Predominan los tonos lisos, aunque poco a poco se introducen formas geométricas y estampados que recuerdan a la naturaleza.
El valor de lo artesanal
La artesanía cobra especial valor en las tendencias decorativas para el salón. La imperfección es sinónimo de exclusividad y de autenticidad. Por eso, la estancia se vestirá con accesorios decorativos como jarrones, figuras y otros elementos hechos a mano. Son objetos hechos sobre todo en barro, aunque las fibras naturales sigan muy en boga. Y no solo en accesorios, la artesanía también se cuela en mobiliario y textiles.
Madera y otros materiales naturales
La conexión con la naturaleza y la preocupación por la sostenibilidad son tendencias decorativas que se mantienen. Muebles de madera al natural, mármol y piedra en mobiliario y revestimientos, terracota en el suelo o fibras vegetales en accesorios decorativos son elementos imprescindibles en el salón. Dentro de esa preocupación por la sostenibilidad son también valores en alza los muebles y otros elementos reciclados.
Los colores que predominarán en las paredes
El blanco sigue siendo el color por excelencia en ambientes de aires minimalistas. Pero los grandes protagonistas serán los colores tierra: terracota, arena, o arcilla, entre otros. No serán los únicos, en el salón se vana introducir también colores más intensos como el azul cobalto, el verde, el granate o el naranja tostado, que darán un toque de sofisticación a los espacios.
En las paredes, por otra parte, comienzan a introducirse también las texturas. Por eso, veremos en el salón revestimientos de mortero, de arcilla y de cemento, entre otros materiales. Son perfectos para dar relevancia a una de las paredes, aunque pueden cubrir todo el salón.
Accesorios: pocos, pero bien elegidos
Es esa tendencia slow que se ha ido introduciendo en decoración en los últimos años y que busca crear ambientes cómodos, muy poco recargados, pero sin caer en el minimalismo más absoluto. Por ello, el salón tendrá pocos accesorios decorativos, pero ninguno será elegido al azar: plantas para purificar el ambiente y recordarnos a la naturaleza, artesanía para acercarnos a lo auténtico y añaden personalidad al salón o pequeños muebles auxiliares que aportan funcionalidad.
Pero ese minimalismo cálido que impera en el salón ya no será el rey absoluto. Entre las tendencias que comienzan a abrirse paso y que parecen afianzarse está el maximalismo, con sus formas y sus acabados algo extravagantes y caprichosos, su eclecticismo y sus colores llamativos.
El sofá ESSEBODA de Ikea: un ejemplo perfecto
Se presenta en la página web oficial de Ikea como uno de los más cómodos que hay en su catálogo. Sus formas curvas lo convierten en un mueble para el salón que representa la tendencia de este año 2023. Sus asientos son amplios, sus respaldos altos, su diseño atemporal y sus detalles muy finos y elegantes. Aporta un toque muy característico al salón sin que este pierda la formalidad, que para muchos es muy importante.
Sus reposabrazos son redondeados y están ligeramente bajos, por lo que es muy cómodo apoyar los brazos en ellos. Su funda está hecha de un suave tejido de poliéster y algodón que aportan un confort fuera de lo normal. Este sofá de tres plazas se vende en cuatro colores: negro, rosa, azul y gris oscuro, y a un precio bastante aceptable para lo que ofrece: 749 euros. La buena calidad se paga, pero merece mucho la pena esta inversión.