Las cocinas abiertas son tendencia en decoración. También son muy prácticas y versátiles: facilitan el movimiento y el trabajo, permiten tener una zona para comer y, además, amplían visualmente los espacios. El problema suele llegar a la hora de decidir qué solución es mejor, si una isla o una barra.
Ambas posibilidades son muy decorativas y funcionales, también tienen ventajas y algunos inconvenientes. En definitiva, islas y barras de cocina tienen algunas diferencias que conviene tener en cuenta antes de elegir. Acertar no será muy complicado si antes se tienen muy en cuenta las características de la estancia.
Ventajas de las barras en la cocina
Las barras son mucho más que ese elemento auxiliar donde tomar algo rápido. En una cocina abierta pueden tener funciones muy diferentes. Pero antes de entrar en materia, un apunte: si la estancia es pequeña, la barra siempre será la primera opción. Hay que tener en cuenta que son mucho menos voluminosas que las islas y que a nivel visual resultan muy ligeras.
De esta forma, una barra es la solución ideal para tirar ese tabique que separa cocina y comedor, manteniendo una cierta distinción entre ambas estancias. Y también lo es cuando tenemos suficiente espacio de trabajo en la cocina o cuando somos de tomar algo rápido en ella.
Si buscamos una composición muy ligera, lo ideal es que esas barras sean voladas o solo tengan patas. El hecho de buscar la sencillez no significa que el efecto sea soso, al contrario. Con unos taburetes bonitos, algún accesorio de decoración y unos focos que caigan del techo el resultado será realmente bonito.
En lo que respecta a su ubicación, depende de la forma de la cocina: puede ser una prolongación de la encimera o apoyarse en una pared en perpendicular. Y un aspecto también importante es la altura: podemos colocar la barra más baja o a la altura de una barra de bar. En cualquiera de los casos hay que fijarse muy bien a la hora de elegir los taburetes, no solo por sus medidas, también por aspectos como la forma o el respaldo.
Una última cuestión. Para que una barra de cocina sea práctica, no es necesario que tenga mucha profundidad, con 35 cm será suficiente. Pero si podemos arañar algún centímetro más, perfecto, si podemos llegar a los 40-45 cm la barra también nos puede servir como superficie de trabajo.
Cuándo elegir una isla para la cocina
Evidentemente, para poder instalar una isla en la cocina, lo primero que se necesita es espacio. No hay que olvidar que es imprescindible dejar a su alrededor un espacio mínimo de paso de 90 cm. Sin embargo, todo es mucho más sencillo si tenemos en cuenta que las islas pueden ser cuadradas o rectangulares.
Poder tener ese sueño en forma de isla es mucho más fácil en cocinas abiertas al salón. Este elemento, además, puede ser realmente funcional, puesto que no solo servirá de espacio de trabajo, también de transición entre estancias e, incluso, de comedor si se adosa una barra a ella. Esa barra puede ser una prolongación de la isla o estar algo más elevada, dependiendo del uso que de ella se vaya hacer.
Si el espacio no es problema, las islas son estéticamente muy vistosas y superfuncionales. Por un lado, suman un espacio de almacenaje siempre necesario y, por otro, permiten disponer de más espacio de trabajo. Pero a la hora de su instalación hay que tener en cuenta dos cuestiones importantes: se necesitará toma de agua y desagüe si en ella se va a colocar la zona de lavado y, si pensamos poner la zona de cocción harán falta toma de luz y sistema de extracción de humos. Si la única función de la isla va a ser la de espacio par trabajar todo será mucho más sencillo.
En cualquier caso, antes de optar por una isla, también hay ser conscientes de que su peso visual va a ser mucho más contundente. No son elementos pequeños, de hecho, para que resulten funcionales deben de tener una anchura mínima de un metro. A cambio, transmiten simetría y equilibrio, haciendo que el efecto decorativo sea realmente bonito.
Y una última cuestión importante es que, para que la isla destaque, debe estar siempre en perfecto orden de revista. Y también es fundamental una buena iluminación, sobre todo si se usa como espacio de trabajo. Al igual que en el caso de las barras, una lámpara colgante puede quedar realmente bonita.