La iluminación es fundamental en decoración. Mucho más en una estancia en la que pasamos tantas horas, en la que a veces nos reunimos con muchas personas y otras, simplemente, nos relajamos viendo la tele. Por ese motivo, iluminar bien el salón necesita de una buena planificación. Solo así brillará de verdad y parecerá más amplio, acogedor y bonito.
¿Qué es importante a la hora de decidir cómo iluminar el salón? Son varias las cuestiones que entran en juego. No se trata tanto del estilo de las lámparas como de su número o distribución, del tipo de luz que ofrezcan y de algunos otros factores que te vamos a explicar a continuación.
Iluminar bien todas las zonas del salón
La primera regla imprescindible es repartir de forma adecuada las luces del salón. De nada sirve tener una lámpara de techo maravillosa en el centro si dejamos a oscuras la mesa del comedor. Tampoco conviene proyectar sombras o dejar zonas en penumbra. Para ello, lo mejor es combinar elementos: lámparas de techo, apliques de pared, focos empotrados y lámparas de mesa o de pie.
En ese sentido, una idea que funciona perfectamente, siempre que haya un falso techo y sea posible, es colocar luces empotradas en el perímetro del salón, ligeramente separadas de las paredes y dejando un espacio entre ellas (más o menos un metro). La otra posibilidad, si hay molduras en el techo, es colocar en ellas tiras LED, que crean ambientes muy acogedores.
Mejor luces regulables y orientables
Las luces orientables son muy versátiles. No importa si son focos de techo o apliques. Ofrecen la ventaja de que ayudan a iluminar y dar relevancia a zonas del salón o puntos concretos que nos interesan especialmente. Con ello conseguiremos mejorar el efecto de la decoración. Sin olvidar que, además, con ellas es mucho más fácil evitar esas indeseadas sombras o reflejos. En salones modernos, la iluminación de carril es una buena alternativa.
Y, por supuesto, lo ideal es elegir siempre luces regulables. De esta forma tendremos siempre la intensidad ideal según estemos comiendo relajadamente en la zona de comedor, de tertulia en la de estar o leyendo tranquilamente en nuestro rincón favorito del salón. Y un consejo añadido: es mejor que todas las luces del salón sean de luz cálida y tengan la misma temperatura para crear un ambiente homogéneo.
La importancia de la lámpara del comedor
Esa lámpara que colocamos sobre la mesa del comedor tiene una enorme importancia, y no siempre se la damos. Además de su estilo, hay que cuidar otros muchos aspectos para que haga el efecto deseado y, por supuesto, ilumine sin molestar. En ese sentido, conviene tener en cuenta algunos consejos:
- En mesas redondas o cuadradas es mejor una sola lámpara al centro. Si son rectangulares se puede colocar una lámpara grande con mucha presencia o varias en hilera.
- Es lámpara debe tener un tamaño proporcional a la mesa y ocupar alrededor de un tercio de la superficie. Pero no debe llegar nunca al borde para evitar darnos con ella al levantarnos.
- No se debe dejar a menos de 70 cm de la tapa de la mesa para que no resulte molesta a la vista ni al movimiento de las manos sobre la mesa.
Lo habitual es elegir un modelo de lámpara que combine en su diseño con la de centro y con la decoración del salón. Sin embargo, también puedes atreverte a romper esa uniformidad y elegir una lámpara diferente que aporte carácter a la zona del comedor.
Otros consejos para iluminar el salón
Ya tienes las bases principales para llenar de luz el salón y conseguir un estancia luminosa y muy agradable. Pera aún quedan algunas cuestiones que te pueden ayudar y que conviene que tengas en cuenta para iluminar como un auténtico profesional:
- No te olvides de la iluminación decorativa: algún aplique de pared para iluminar un espacio en concreto, así como lámparas de pie o de mesa que cubran los rincones del salón.
- Ten mucho cuidado con la zona de la televisión porque una mala iluminación te impedirá verla correctamente. Lo ideal es colocar en ella luces regulables, a ser posible, LED.
- Si colocas una lámpara en una mesita al lado del sofá, asegúrate de que queda a la altura de la vista o por encima de ella para que no resulte molesta y facilite, por ejemplo, la lectura. Además, es conveniente que sea una luz ambiental tenue.
- Es importante que la distribución de los puntos sea uniforme. Aunque definas muy bien las zonas que necesitan más luz, hay que compensar con esas otras luces complementarias.
- Elige las luminarias según la decoración de tu salón: luces empotradas en salones minimalistas, simples bombillas decorativas en aquellos de estilo nórdico, lámparas de araña tradicionales en los más clásicos o de aires vintage o de metal en salones de estilo industrial.
Pero, ante todo, potencia al máximo la iluminación natural. Si el salón tiene buenos ventanales, no los cubras con cortinajes pesados. Por un lado, crearás un ambiente mucho más acogedor. Por otro, como peudes imaginar, ahorrarás en la factura de la luz.