Las torrijas o torrejas o “tostadas francesas” es un plato tradicional en la gastronomía de España, especialmente preparada en tiempo de Cuaresma y Semana Santa para romper el ayuno y darle al cuerpo un postre sabroso y nutritivo lleno de proteínas y carbohidratos.
Aunque existe una gran cantidad de variantes de este postre tradicional que denotan la calidad y la versatilidad culinaria española (incluso vegetarianas y dietéticas), una de mis recetas de torrijas favoritas son las de bullas, uno de los dulces típicos inconfundibles de esta localidad murciana, bastante diferente a las que comúnmente se degustan en estas fechas.
Generalmente se preparan aprovechando el pan duro de días anteriores o con una masa hecha de manera puntual empapada en leche y rebozada en huevo; sin embargo, las torrijas de bullas más vendidas en las confiterías se salen de lo habitual. Sigue leyendo y conoce como preparar esta merienda característica que, además de ser deliciosa, es fácil de hacer y bastante económica.
Receta de las torrijas de Bullas
Si bien hay una gran número de torrijas vendidas en pastelerías de Bullas, indudablemente una de las más conocidas y más antiguas de este municipio español perteneciente a la Región de Murcia es esta que a continuación te enseñaré.
Los visitantes expresan que esta receta tiene aproximadamente 101 años de antigüedad y nació en una confitería llamada “Ana Toñi” en Bullas. Con más de 120 años de trayectoria, este establecimiento ha pasado de generación en generación especializándose en la elaboración artesanal de torrijas, picardías y diversos dulces tradicionales libres de colorantes y conservantes que logran deleitar los paladares más exigentes.
El principal factor que diferencia este plato con respecto a los similares de otras localidades, es que no llevan los dos ingredientes principales: ni pan ni leche.
Estos son los ingredientes necesarios:
Aunque esta familia ha guardado celosamente el secreto de su preparación, hoy en día pudo adaptarse de manera similar a dicha exquisitez de la pastelería con los siguientes ingredientes:
- 4 huevos.
- Una taza de azúcar.
- Harina de trigo (se irá añadiendo hasta obtener la textura deseada).
- Ralladura de limón.
- Una cucharadita de canela en polvo.
- Un toque de anís dulce.
- Almíbar.
- Aceite de oliva (o el de tu preferencia para freír).
Este es el procedimiento:
- En un bol batir dos huevos muy bien y luego añadir la harina, el azúcar, la canela y la ralladura de limón hasta formar una masa espesa y homogénea que pueda compactar.
- Hecho esto, se forman montoncitos con la masa en una llanda (plancha ligera de metal que se utiliza como soporte o recipiente para introducir en el horno) y se cuecen.
- Una vez horneadas, se pegan una parte a otra de dos en dos con la yema de un huevo.
- Formados los pares de montoncitos, se mojan en almíbar aromatizado con anís de forma que absorba todo lo posible y se fríen nuevamente.
- Al sacarlas del aceite, se rebozan en huevo batido y se fríen otra vez.
- Para finalizar, se cubren con abundante azúcar ¡Y a degustar!
Esta receta puede variarse cubriéndose con chocolate, almendras e incluso cocinándolas al horno y endulzando con miel pura para evitar exceso de frituras y grasas. Sea como sea, en ellas se impregna la tradición y un aroma indiscutiblemente delicioso de un postre lleno de historia y sabor, ideal para acompañar cualquier té o café.