San Jacobos de calabacín, jamón y queso

Estos San Jacobos de calabacín, jamón y queso son de esas recetas que merece la pena hacer porque es muy sencilla de preparar, como todas mis recetas, están súper crujientes por fuera y muy jugosos por dentro, sus ingredientes son muy fáciles de conseguir, muy económicos y muy nutritivos; en dos palabras «están de rechupete».

Estos calabacines con jamón y queso rebozados son muy saludables y apetitosos para los pequeños comensales e ideales para que comiencen a comer verduras o para esos casos de niños que les cuesta mucho comerlas, ya que su sabor es muy suave y muy parecido a los normales. Es una forma perfecta para que coman verduras sin que se den cuenta.

Así que si quieres hacer una comida buena, bonita y barata y que no te gruñan a la hora de ponerla en la mesa, sigue leyendo que te voy a indicar el paso a paso de de estos San Jacobos de lujo.

Ingredientes:

1 calabacín grande o 2 medianos
Jamón de york
Queso para fundir en lonchas
2 huevos
Harina
Pan rallado
Sal
Aceite para freír

Ingredientes

San Jacobos de calabacín, jamón y queso: paso a paso

En primer lugar tienes que lavar muy bien los calabacines porque no los vas a pelar. Los secas con papel absorbente y los cortas en rodajas de medio centímetro.

Te recomiendo que cuando partas el calabacín vayas emparejando las rebanadas para que a la hora de hacer los San Jacobos tengan un tamaño parecido y sean más fáciles de rebozar y freír, además quedarán más resultones.

En cada rodaja pones un trocito de jamón y otro de queso y lo tapas con la rodaja que has asociado. Les pones un poquito de sal por encima.

En cuanto tengas todos los sandwiches hechos, los vas rebozando. Primero los pasas por la harina, después por el huevo batido y por último por el pan rallado. Los vuelves a poner en la bandeja para que el rebozado se endurezca un poco y sea más fácil dorarlos.

Los fríes en abundante aceite hasta que estén bien hechos por los dos lados. Los tienes que hacer con el fuego medio-suave para que se ablande el calabacín y no se quemen.

En cuanto estén doraditos los sacas de la sartén y los pones en un plato con papel absorbente para quitar el exceso de aceite.

Mis trucos y consejos

Si no los vas a freír al momento los puedes meter en la nevera para que estén más consistentes y cojan cuerpo.
Te recomiendo que los sirvas calientes porque fríos pierden la textura del queso fundido.
Debes cortar las rodajas de calabacín más o menos iguales para que a la hora de rebozar y freír te sea más fácil.

Resultado final