En mi casa los dulces nunca faltan, bueno a no ser que me ponga a hacer rosquillas de anís y naranja que en cuanto las huelen vuelan como si tuvieran alitas. Esta es una de esas recetas de rosquillas caseras de la abuela, en concreto de la mía, que las hacía con un primor y una facilidad que me quedaba embobada mirándola. Parece que la estoy viendo con su delantal y con las manos llenas de harina haciendo la masa y luego friéndolas. Madre mía, que recuerdos.
Estas rosquillas de anís fritas se suelen elaborar con limón, pero yo las he querido dar mi toque personal poniendo naranja que con el anís combina de maravilla. Las puedes hacer para el desayuno o la merienda o simplemente quieres darte un buen homenaje, porque cuando te salen las rosquillas esponjosas son un verdadero placer para los sentidos.
Bueno, voy a pasar a explicarte cómo se hacen, ya verás lo fáciles que son, aunque si te digo la verdad, es todavía más sencillo comérselas.
Rosquillas de anís y naranja: videoreceta
Ingredientes:
- 750 gr de harina
- 150 gr de azúcar
- 2 huevos
- 1 sobre de levadura
- 1 naranja
- 1 vaso de leche
- 1/2 vaso de aceite de oliva
- 1 copa de anís
- 1 pizca de sal
- Aceite de girasol para freír
Rosquillas de anís y naranja: paso a paso
Lo primero que hay que hacer es preparar la masa. Pela la naranja, teniendo cuidado de no quitar nada de lo blanco porque amarga. Calienta en un cazo el aceite de oliva con la piel de la naranja y cuando empiece a humear lo retiras del fuego, deja que se enfríe y lo reservas.
Casca los huevos en un bol grande y añades el azúcar. Bate hasta blanquearlos y aumenten de volumen.
Echa la pizca de sal, el aceite (que has frito la piel de la naranja) colado, la leche, 4 cucharadas de zumo de naranja, el anís y vuelves a batir. Mezcla la mitad de la harina con la levadura y la tamizas, encima del bol y a batir otra vez.
Vas agregando la harina tamizada, poco a poco, hasta que te quede una masa blanda que te cueste remover con la cuchara.
Espolvorea la superficie de trabajo con harina, vierte la masa y la trabajas hasta que te quede como más te guste. Te debe quedar blandita para manejarla bien a la hora dar forma a las rosquillas. Haces una bola, la tapas con un paño y la dejas reposar unos 10 minutos.
Pasado los 10 minutos y con las manos enharinadas, tomas una porción pequeña y das la forma a la rosquilla. Yo suelo hacer una bola, la apoyo en el mostrador y hago con el dedo un agujerito en el centro, la cojo con las dos manos y la voy dando forma con los dedos, aunque también las puedes hacer como si fuera un churrito y juntando las dos puntas. Eso como mejor te apañes.
Fríelas en abundante aceite de girasol caliente. Tienes que dejar una buena separación entre ellas porque con la levadura suben de volumen. Si es necesario, puedes echar más aceite para que no se quemen.
Cuando hayan subido las das la vuelta. Tienen que estar bien hechas por los dos lados. Y cuando estén doraditas las sacas de la sartén y las pones en un plato con papel absorbente para quitar el exceso de aceite.
Las dejas que se templen y las pasas por el azúcar que has colocado en un plato.
Ala, ya tienes terminadas tus rosquillas de anís y naranja. Buen provecho!!!
35
35 minutos
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Preparación: Fácil
10
10 persona