Siempre hay sitio en el estómago para tomar un buen postre, pero, si es en fechas señaladas donde nos reunimos con la familia, aún más. Tal como pasa en Navidad con los polvorones o el turrón, en Semana Santa también tenemos unos dulces típicos de la época como son los buñuelos de viento, las torrijas, los pestiños, la leche frita y la estrella del artículo de hoy: las rosquillas fritas.
Si bicheas por internet, verás que hay miles de recetas de rosquillas fritas, pero, te podemos asegurar, que como la nuestra no hay ninguna y es que es la receta tradicional, vamos, la clásica, la de toda la vida que se ha ido pasando de generación en generación. Si quieres aprender a hacerlas en casa, entonces sigue leyendo para descubrir cómo hacer esta receta de rosquillas fritas, la mar de esponjosas.
Receta de rosquillas fritas
Cuando hablamos de rosquillas fritas, además de entrarnos un hambre voraz, se nos viene a la mente la imagen de nuestra abuela en la cocina con las manos en la masa y dándole la forma redondita. Y esa receta de rosquillas fritas de nuestra abuela luego pasó a las manos de nuestra madre y de las suyas, a las nuestras.
Por eso, esta receta de rosquillas fritas que te presentamos a continuación, lo vamos a hacer con mucho cariño, con el mismo que nuestra abuela nos las hacía de pequeños. Además, podrás hacerlas con ingredientes que solemos tener por casa como huevos, harina, leche, etc. Ya verás qué fácil son de hacer y lo ricas y esponjosas que quedan.
¿Qué necesitas para prepararlas en casa?
Para preparar esta receta casera, vas a necesitar los ingredientes que aquí abajo te detallamos. Además, las cantidades que te ponemos son las necesarias para hacer rosquillas fritas para cuatro personas:
- Ingredientes para hacer Rosquillas de Anís (16-18 ud.):
- 3 huevos
- 500 gramos de Harina
- 150 gramos de Azúcar
- 100 ml de Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE)
- 50 ml de Anís
- 16 gr de Polvo de Hornear o Levadura Royal
- pizca de Sal
- La piel de 1 Naranja
Cómo hacer Rosquillas de Anís, receta paso a paso:
Estas rosquillas fritas, al no llevar leche, son aptas para intolerantes a la lactosa. Si eres celíaco o en la familia tenéis algún familiar que lo sea, bastará con sustituir la harina de trigo de repostería por una sin gluten, como por ejemplo la harina de avena (tiene que estar certificada sin gluten) o una de almendras. Te aseguramos que quedan igual de sabrosas.
Para explicártelo todo más fácil y que lo puedas entender mejor, te dividiremos el modo de elaboración en cuatro partes bien diferenciadas:
Cómo hacer el aceite aromatizado
Antes de ponerte con las manos en la masa, nunca mejor dicho, es necesario aromatizar el aceite de la siguiente forma:
- Corta la piel de la naranja o del limón intentando no dejar ninguna parte blanca, o la menor cantidad posible porque podría dejar sabor amargo.
- Vierte los 60 ml de aceite de oliva en una sartén y añádele la piel de ambos cítricos.
- Calienta el aceite durante un par de minutos y, cuando veas que las pieles están tostadas, sin llegar a dorarse mucho, retiras el aceite del fuego y esperas a que se temple.
Cómo preparar la masa
Una vez tengas ya el aceite aromatizado, es momento de ponernos a elaborar la masa esponjosa de nuestras rosquillas fritas:
- En un recipiente, que sea grande, viertes el aceite que acabamos de aromatizar y le añades, en este orden, el anís, el azúcar, la levadura y los huevos. Con unas varillas, manuales o eléctricas, bates todo muy bien hasta que te quede una masa homogénea, con el huevo bien repartido y sin grumos.
- Cuando esta parte de la masa ya esté lista, tienes que añadirle la harina y lo vuelves a mezclar todo muy bien hasta que, una vez más, veas que la masa no tiene grumos y está completamente lisa.
- Cuando ya la tengas lista y en su punto, tapa el recipiente con un paño de algodón limpio y la dejas reposar durante 30 minutos. En este tiempo la masa irá subiendo y cogiendo consistencia.
- Pasada la media hora, ya puedes destapar el recipiente. A continuación, úntate un poco de aceite en las manos y en la encimera o en el plato donde vayas a ir colocándolas. Este paso es muy importante para que la masa no se quede pegada.
Cómo darle forma a las rosquillas
Cuando ya tengas la masa y el aceite untado en las manos, es hora de ir cogiendo pedacitos de la masa e ir formando las rosquillas. Hay dos formas de hacerlo:
- Le das forma de cilindro alargado y, después, unes ambos extremos para montar la circunferencia de la rosquilla.
- Haces una bola pequeña con las manos, la pones en el plato o en la encimera y le haces, con el dedo, un agujero en el centro.
- A medida que vayas haciéndolas, ve colocándolas en una bandeja para que, cuando termines de formar todas, te pongas a freírlas.
Cómo freír las rosquillas
Y, por fin, llegamos al último paso, y al más ansiado porque ahora sí que estás más cerca de poder hincarle el diente a este delicioso dulce casero. Para freírlas, debes hacer lo siguiente:
- Pon en una sartén el litro de aceite de girasol y caliéntalo a fuego medio-alto. No lo pongas muy fuerte porque las rosquillas tienen que hacerse bien por dentro y, si pones el fuego muy alto, se te quemarán por fuera y por dentro quedarán crudas.
- Ve dándoles la vuelta a medida que vayas viendo que lo necesitan. Cuando veas que ya están bien hechas, ve sacándolas y poniéndolas de nuevo en la bandeja pero, esta vez, con papel de cocina para que absorba el aceite sobrante.
- Por último, antes de que se enfríen, espolvoréales el azúcar para decorarlas por encima. Es mejor que lo hagas cuando todavía están calientes para que este se quede pegado a la masa.
Y ya estarían tus rosquillas fritas listas para ser servidas y engullidas. A nosotros nos gustan comérnoslas recién hechas pero, si te las quieres comer otro día o si te sobran, puedes guardarlas en un recipiente hermético, así se mantendrán blanditas, esponjosas y con todo su sabor.