El sándwich mixto, el clásico jamón york y queso fundido, es un bocadillo que hoy se puede comer en todo el mundo. Asimismo, su popularidad ha contribuido a que sus ingredientes también forme parte de la alimentación habitual de varios países.
Uno de ellos, el queso cheddar, se ha convertido en un fijo en platos que integren queso fundido, como las pizzas, los nachos, hamburguesas o como cobertura de patatas fritas. Comida que podemos consumir de manera puntual pero que son tan poco saludables como el propio queso, si atendemos a las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El queso cheddar, de Reino Unido al mundo
El queso cheddar sigue siendo un alimento muy popular en todo el mundo. Este queso tiene sus orígenes en el Reino Unido, donde se producía en la región de Cheddar. Con el tiempo, el queso cheddar se convirtió en uno de los quesos más populares en todo el mundo, especialmente tras la Segunda Guerra Mundial, cuando comenzó a formar parte de los alimentos de ayuda humanitaria que Estados Unidos enviaba a los países en reconstrucción.
Aunque su patente data de 1996, fue a partir de la década de los años 50 cuando se comenzó a comercializar en supermercados y tiendas de alimentación de todo el mundo y a formar parte de lo que hoy conocemos como comida rápida. A día de hoy, se puede encontrar en prácticamente cualquier supermercado y sigue siendo uno de los quesos más utilizados en hamburgueserías, pizzerías y este tipo de comercios de alimentación.
Según las indicaciones de la OMS, no es un queso que debamos comer con frecuencia
El queso cheddar es uno de los alimentos más populares en la alimentación de muchas personas. Se trata de un queso amarillo en lonchas que se utiliza en sándwiches, hamburguesas y otros platos. Sin embargo, su consumo puede ser poco recomendable debido a su alto contenido de sodio y grasas saturadas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece el límite de ingesta diaria de sal en alimentos en 6 gramos. Sin embargo, cada loncha de queso cheddar contiene 2,3 gramos de sodio, lo que significa que solo con dos lonchas de queso cheddar se supera el límite diario recomendado de consumo de sal.
Además, cualquier variedad de queso cheddar que compremos hoy en un supermercado es un alimento procesado con una alta cantidad de grasas saturadas, recordemos que la OMS establece el límite de grasas saturadas diarias en el 10% del total de nuestra alimentación diaria, debido a que estas aumentan considerablemente el riesgo de sufrir problemas relacionados con el colesterol, como hipertensión o diabetes tipo 2.
Comer queso cheddar sabiendo lo que comes
Por supuesto que nos podemos permitir disfrutar de una hamburguesa, un sandwich con queso cheddar derretido de vez en cuando sin que nos remuerda la conciencia ni estar poniendo en peligro nuestra salud, Además, reconozcámoslo, ¡es irresistible! Pero es importante saber de qué tipo de alimento se trata y la necesidad de limitar —y mucho— su consumo.