El precio del aceite de oliva ha vuelto a aumentar en las últimas semanas, transformándose en un alimento que casi se puede considerar ya de lujo. Especialmente, si hablamos de un aceite de oliva virgen extra. Si tenemos en cuenta la frecuencia con la que este alimento es usado en nuestra cocina y su precio actual, las cuentas, sencillamente, no salen.
Es por este motivo que su papel en la cocina está comenzando a perder peso. Y muchos hogares buscan como reducir el gasto en aceite de oliva. Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) han elaborado una lista de grasas alternativas al oro líquido en la cocina.
La OCU encuentra las mejores alternativas al aceite de oliva para cocinar
El aceite de oliva, en todos sus usos, ha ocupado un lugar central en nuestra dieta. Sin embargo, con el aumento imparable de su precio surge la pregunta de si otras grasas pueden ofrecer alternativas igualmente efectivas.
Desde aceites de semillas hasta grasas de origen animal como manteca y grasa de cerdo, pasando por la mantequilla, son propuestas por la OCU como alternativas válidas. Eso sí, hay que tener en cuenta cuáles son sus efectos sobre el sabor de los platos y sobre nuestra dieta.
¿Cómo hacer la mejor elección de grasa para cocinar?
La respuesta hay que buscarla en el propósito que tengamos cuando estemos cocinando, ya que el tipo de grasa tiene un impacto significativo en los resultados. Aquí presentamos algunas claves para tomar decisiones acertadas y que tu receta no tenga un sabor o una textura demasiado diferente a la que conseguías con el aceite de oliva o que con el cambio tenga un valor nutricional peor o demasiado alto en calorías.
El Factor del Sabor en Preparaciones Crudas
Según explica la OCU, en platos que no requieren cocción, la elección de la grasa puede influir en el perfil de sabor del resultado final. Es el caso por ejemplo de las ensaladas y el gazpacho. En estas recetas, el aceite de oliva virgen extra es a menudo la clave del sabor. No obstante, otros aceites como el de nuez también pueden conferir características distintivas al plato.
Por otro lado, en aderezos y salsas como la mayonesa, el intenso sabor del aceite de oliva puede ocultar las especias y otros ingredientes. En tales casos, aceites con sabores más suaves, como los de girasol o soja, pueden ser preferibles.
Otra alternativa poco frecuente a tener en cuenta son los aceites de semillas. Ricos en grasas poliinsaturadas, estos son ideales para preparaciones en crudo, evitando la degradación a altas temperaturas. Recuerda siempre que experimentar con diversos aceites ofrece beneficios nutricionales variados y la subida del precio del aceite es un buen momento para ampliar tus horizontes del sabor.
¿Y qué hay del aceite de oliva en los platos calientes?
El calor durante la cocción puede afectar a la estructura de los aceites y, en algunos casos, deteriorarlos. Los Aceites ricos en grasas poliinsaturadas, como los de maíz, soja y girasol, son particularmente sensibles. En comparación, aceites ricos en grasas monoinsaturadas, como el de oliva, colza y girasol alto oleico, que son más resistentes.
Para frituras, por ejemplo, los recomendados son el aceite de girasol alto oleico, el aceite de oliva (refinado) y el aceite de orujo de oliva, ya que mantienen su integridad a altas temperaturas. Existen también aceites especiales para freír con antioxidantes y aditivos que protegen contra cambios inducidos por el calor. En el caso de que usemos el horno para preparar nuestros platos, la margarina y la mantequilla, junto con aceites vegetales, aportan muy buen sabor, pero no es recomendable su uso si la idea es freír los alimentos.
Explorando la variedad en la cocina a través de los aceites
Saber usar bien los distintos aceites en cocina es todo un arte que puede elevar mucho la calidad de nuestra dieta si aprendemos a dominarlo. Por lo tanto, el ahorro en aceite no se trata solo de evitar su consumo ya que son vitales para el funcionamiento del organismo y proporcionan energía y nutrientes esenciales. Tampoco es cuestión de exceso o eliminación, sino de saber aprovechar de manera inteligente las cualidades de cada uno.
Para ellos, puedes tener en cuenta alginas claves como corta en trozos pequeños y freír a alta temperatura para reducir la absorción de aceite, o buscar siempre una alternativa que requieran menos aceite, como asar, cocción lenta, parrilla o salteado con poca grasa y fuego alto.