Decathlon es quizás la cadena de establecimientos dedicada a la venta y distribución de material deportivo más popular del mundo, pues, entre otras cosas, es propietaria de un sinfín de marcas propias y tiene locales en 57 países diferentes.
Al igual que otras grandes compañías como Carrefour, Decathlon ha decidido reducir sus costes, pero ha tomado una medida para ello que no ha agradado ni a sus clientes ni a sus empleados: los cajeros automáticos llamados ‘cajas amigas’. Si tienes curiosidad por saber más, sigue leyendo.
¿Qué es una ‘caja amiga’?
Es una caja libre que funciona con tecnología RFID, con cuyo sistema pretende facilitar la opción de compra para el consumidor y mejorar el sistema de stock para los trabajadores. Decathlon comenzó con la implantación de esta tecnología en el año 2013, y desde el primer momento dejó claro que era una modernización que había llegado para quedarse en la compañía, por tratarse de un sistema “sencillo de usar” y porque les permitía ahorrarse mucho dinero.
El funcionamiento de la ‘caja amiga’ es aparentemente simple: basta con depositar los productos que el cliente vaya a adquirir en el cubo. Estos se mostrarán en la pantalla directamente, sin necesidad de escaneo previo, ya que el proceso es automático. Según los cálculos realizados por Decathlon, los usuarios ahorran de esta manera unos 5 segundos por artículo comprado. Sin embargo, las cosas no han ido a mejor desde la llegada de estas cajas libres, y por buenos motivos que expondremos a continuación.
Las críticas hacia este sistema
Tanto los empleados de la compañía como sus clientes han manifestado sus quejas e inconformidades respecto a las revolucionarias ‘cajas amigas’. Sus principales argumentos son los siguientes:
Clientes
Muchos consumidores han publicado sus opiniones y reseñas negativas en redes sociales y en portales web pensados para ello como TripAdvisor. Algunos desmienten que se tarde menos con este sistema a la hora de pagar, ya que hay productos cuyo código no es leído correctamente por la caja automática y, si deseas pagar en metálico, tienes que esperar a que algún miembro del personal te atienda.
Otros critican que se forma mucha cola precisamente por esta razón, y que en situación de pandemia eso no es lo más adecuado. Además, muchos no entienden este nuevo sistema como una modernidad, y alegan que consiste en que el cliente desempeñe la función que debería desempeñar un cajero, solo que sin cobrar.
Trabajadores
Al no existir un verdadero control de las ‘cajas amigas’, los robos se pueden dar con una mayor facilidad. Este problema ha sido denunciado anónimamente por varios empleados; y es que los objetos de mayor valor se llevan directamente a las cajas, pero otras prendas menos costosas que van sin alarma son más propensas a ser robadas.
Todos los trabajadores de Decathlon coinciden en que hay muy poco personal vigilando estas cajas, y que se debería equilibrar el número de empleados entre éstas y las diferentes zonas y pasillos de los establecimientos. No obstante, la propia compañía desmiente que haya incrementado el número de alerta de hurtos en sus tiendas, precisamente por las ventajas que da la tecnología RFID, como un mayor seguimiento de cada producto dentro de la cadena de suministros, desde la logística hasta la llegada a los clientes.
A pesar de todo, tanto clientes como empleados están descontentos con la nueva medida que ha tomado la cadena para ahorrar en costes. Veremos si se mantiene en el futuro.